La montaña ecologista

Es grato leer un artículo de un grupo ecologista de la tierra que, es “consciente de que lo que conservamos ha sido gracias al binomio hombre-naturaleza, y que romper ese equilibrio sería perder aquello que hemos heredado desde hace décadas”.Esa es una de las reflexiones –muy ocasionalmente citada por ustedes- en la que más he insistido durante los últimos años y a lo largo de mi trabajo. Pero sus preferencias les delatan.


  • Sobre el Oso Pardo

“El oso pardo ha visto invadido su hábitat natural por el hombre y sus animales, siendo reelegado a espacios cada vez más reducidos, pese a ser una especie que necesita de grandes áreas por las que desplazarse y alimentarse, por las que reproducirse y morirse”.

Yo creía que era el oso el que estaba invadiendo poco a poco el hábitat del hombre, pero ustedes piensan lo contrario, como si el oso tuviera el don de la organización, el don del raciocinio y todos esos valores que por algo y con razón nos diferencian de los animales.

El oso parece inteligente y me produce asombro que ustedes citen a todo el territorio de la montaña palentina como terreno insuficiente y diminuto para que medren una docena de animales, casi justificando sus ataques a las colmenas y a las vacas, y acusando en plural al hombre de contemplarle como una fiera a la que hay que derribar a cualquier precio. Creo que a estas alturas ya nadie justifica la muerte de un animal de esta especie a manos de los furtivos. Las autoridades, los guardas, los guardias y, probablemente ustedes, saben quienes son los que están abonados a esta práctica y cómo se les puede pillar con las manos en la masa, de manera que se les convenza como sea para que se abstengan de recurrir a tales métodos.

Por otra parte, que yo tenga noticia, ninguno de los hombres que ha visto atacada su propiedad, ha salido detrás del bicho con la escopeta. Aquí, cuando interesa se cierran los ojos y los oídos y a otra cosa.

  • San Glorio 

Yo no quiero, en lo que se refiere a San Glorio, que ustedes alcen ninguna copa todavía. El partido se está jugando y, en el descuento, si el gobierno regional se lo propone, puede dejar para las efemérides su triunfo virtual.

Piensen una cosa: yo estoy al lado de la mayoría en ésto y la gente de la montaña votó de forma contundente a favor del proyecto.

  • La embotelladora 

Sobre este particular no hacen ustedes más que repetir lo que ya plenteé yo en un artículo publicado aquí mismo a primeros de año y que pueden encontrar en las hemerotecas o en el blog de periodista digital. Tampoco se trata de vivir siempre con las espadas levantadas, porque tendremos que mirar hacia el futuro; si es como preconizan sus gestores, junto con notas que abordaré en un próximo artículo, esta empresa, única en la provincia de este género, se irá ampliando en años sucesivos hasta rozar la treintena de empleos, lo que para esta tierra es una pequeña recompensa.

Si como dice Patricia May, ser ecologista es expandir la conciencia más allá de nuestro ombligo, de nuestros deseos e intereses; si ser ecologista no se fundamenta en tener miedo a lo que pueda ocurrir con el clima o el agua, sino en respetar a todo ser viviente, sabiendo que en el aire que respiro están los árboles del mundo, y en el alimento que me nutre está la persona que lo sembró y la tierra que lo acunó y la lluvia que lo regó; si eso es así, esta tierra está llena de ecologistas, porque no hay nadie que la haya cuidado mejor que ellos.

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