Carta de las montañas

El tiempo se va raudo. Nadie puede detenerlo. Es lo que nos va llevando, en medio de un mundo que se mueve rápido. Hay un proverbio que circula por ahí y que nos dice que le aprovechemos, que es el único recurso verdaderamente no renovable.



Pero lo cierto es que a veces se nos escapa, después de años esperando un cambio, después de años llamando a las puertas de nuestros representantes, que saben sobradamente las cosas que nos preocupan, lo que necesitan las gentes que viven en tantos pequeños pueblos.

En ese viaje a través de los años, uno se encuentra con mil historias que nacieron, algunas con gran pomposidad, en las últimas décadas del pasado siglo y que fueron cayendo en el olvido o desapareciendo a medida que pasaban los años.

Nuestro diario nos contaba hace unos días el nuevo proyecto que lleva por título "La Convención de Territorios de Montaña", un proyecto de trabajo hasta el 2015 promovido por la asociación "Euromountain".
Y por todo lo que se debatió en el mismo, se puede deducir que nada saldrá de allí que resuelva y mitigue el apagón de estas comarcas. La situación problemática de sus habitantes, que es lo que ahora se quiere remediar, es una situación común a muchos pueblos y la Carta Española de las Montañas que se presentará como borrador ante el Consejo de Ministros es una carta que debió escribirse mucho tiempo atrás y que parece haberse extraviado por el camino...

La idea es buena. Siempre es bueno recapacitar, dialogar, mostrar la situación que padecemos.  Es bueno que Cervera de Pisuerga haya servido como sede. Son buenas palabras. Son encuentros amenos. Son proyectos importantes. Pero mirando lo que ha quedado atrás inservible y, en unos momentos delicados para tantas personas, el asunto llega con retraso y no parece que pueda regenerarse tan fácilmente, porque las causas son mucho más profundas que todos esos manifiestos. No entiendo qué es lo que pintan todos esos Diputados elegidos y pagados por el respetable que no lo vieron antes, o que no se hicieron eco de las razones que llevaron a la desaparición de muchos pueblos. No entiendo por qué nos empeñamos en ver pasar la historia sin ponerle remedio a tiempo a las heridas.

Imagen: FdL

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