Todo para mañana

Luis Antonio Sáez y Vicente Pinilla, profesores titulares de la universidad de Zaragoza, encabezan un ensayo que me llega a través de Dialnet y que trata sobre las políticas ante la despoblación en el medio rural. Una de las razones fundamentales, en la que ya nos hemos detenido nosotros muchas veces, es la calidad de vida que viene relacionada con la dotación de bienes y servicios.

Si es verdad que, algunos, al jubilarse, vuelven a su lugar de nacimiento, pero sabemos que lo que contribuiría a detener esa sangría migratoria, sería la vuelta de los jóvenes, siempre que se dieran unas circunstancias que ayudasen a generar confianza.


Cerveruela, en la comarca del Campo de Daroca, dio un respingo que asombró a todos, cuando sonaba ya la despoblación completa. De dos personas que vivían en los años 90, a los 33 que hay censados en la actualidad. 53 municipios de Aragón se encuentran en situación terminal, una  radiografía en la que me fijo para encontrar una similitud bastante aproximada de la nuestra. De los 170 pueblos que componen nuestra montaña palentina, la gran mayoría tiene menos de 30 habitantes.
La vía que nos pone en comunicación con los servicios que precisamos, se encuentra en mal estado, lo que ha propiciado el cierre de varios establecimientos hosteleros. El reflotamiento de la embotelladora no acaba de cuajar y el turismo no basta por sí solo para imprimirle el cambio que todos aguardan.

Personalmente, ha dejado de inquietarme ya el constante vaivén de las estadísticas, ante la lentitud de la administración para tomar medidas, ante las promesas que se prolongan y se renuevan cada cierto tiempo, ante la decisión individual de cerrar una puerta para buscar una escuela o un ambulatorio más cercano.

He dejado de creer.  España se está muriendo y esa suerte conlleva una amnesia a todo el complejo de repoblación que supuso siglos de trabajo. Si les digo la verdad, hay momentos que hasta la historia que contamos me parece mentira. Es emotiva, nos sugiere momentos importantes vividos en ella; nos regala la estampa de personas cercanas en vínculos y afectos, pero no bastó para imprimir el aire de la permanencia. Porque la vida no es dentro de 15 años. Porque la vida es hoy, es ahora.

@De la sección "La Madeja" en "Diario Palentino".

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