Canto al labrante
Yo quería hacer un canto al hombre, a quien dedicó su vida a labrar estas piedras, a quien invirtió su vida en enseñar a labrarlas a sus descendientes y discípulos. Pequeñas iglesias que no figuran en los libros, pero que tanto representan para nosotros. Todo un recorrido por una provincia considerada Capital Mundial del Románico. ¿Les empujaba el miedo? ¡Tal vez¡ Como inspiración, además, para seguir sumando, se encuentran en medio de un paisaje inmenso, de una tierra que al igual que inunda y refresca nuestros sentimientos, debe influir, necesariamente, en los acabados de estos templos, en la improvisación de algunas obras que a lo mejor no estaban en un papel pintadas... Manuel Gila, uno de esos sabios del románico, escribía hace poco en uno de los blog que alimento en la red de qué manera a través del románico podemos leer la historia, los miedos de las gente del medievo. Es evidente la importancia de la imagen en todos los tiempos y eso fue a mi modesto entender lo que nos