Entradas

Mostrando las entradas etiquetadas como LaMadeja

La huella del románico

Imagen
He nacido donde nace una de las más bellas espadañas del románico y en un entorno donde te das de frente, a cada paso, con el románico más puro. A finales del pasado mes de Julio, en compañía de Eduardo Gutiérrez, amigo guardense con el que comparto tantas sensaciones y retazos de vida, y con la complicidad de Cristina Párbole, todos tras la huella del románico que atesoramos, volvíamos a visitar el interior de la iglesia de Santa Cecilia, en Aguilar, una de las obras claves del románico norte. Allí sorprenden los capiteles vegetales e iconográficos, especialmente, el que relata el dramático episodio de la Matanza de los Inocentes. "Hasta de Tokio han llamado preguntando por él" -nos dice la guía, quizás para que nos impliquemos más en la observación de los detalles-. La elaborada cota de malla que cubre a los soldados, los pliegues de sus mantos, los botines que calzan... Al fondo de la iglesia, en la pared que mira hacia la puerta principal, y obra del escultor Ursi

Tiempos convulsos

Imagen
Vivimos momentos convulsos en todos los aspectos. Y basta sentarse en un banco del parque, observar el lento peregrinaje de personas a las que apenas conocemos, que son vecinos, que viven a nuestro lado, que van y vienen, para concluir que el mundo es un perfecto desconocido de sí mismo. Yo me llevo disgustos por las mismas cosas que se los llevan los demás, pero también por el desinterés que veo en la promoción de nuestra tierra. Una gran mayoría pasa olímpicamente, si acaso saca a pasear la lengua para mostrarse insatisfecho con todo lo que ve, con todo lo que procuran enseñarle los demás. La culpa siempre es de los otros. El ya contribuye con lo que puede, que de momento es la crítica y el entorpecimiento del trabajo de quienes dedican sus ratos libres a impulsar esta bella cantinela, para que protesten los demás, para que se caigan si es preciso, para que no se levanten con un poco de suerte... Y luego vuelta a empezar, sin dejar resquicio para nada más que la defenestració

El antídoto de la despoblación

Imagen
A finales de Julio de 2016 el Ayuntamiento soriano de Cubo de la Solana, una de cuyas pedanías albergó instalaciones nucleares, destinadas a lograr la proyectada y abortada bomba atómica española, era noticia porque, en compañía de una sociedad denominada Capacidad Positiva, apuestan por la felicidad en el mundo rural como antídoto a la despoblación. El asunto es curioso, primero, porque la gente habla de felicidad como si existiese y, con soberano anuncio, expone a este lugar a una masificación si fuera cierto, porque, ¿quién no quiere la felicidad?, ¿quién no la busca a cualquier precio?. Y será una de las pocas veces, -que yo tenga consciencia-, que no se habla de instalar empresas cerca para que haya trabajo o de pedir infraestructuras y servicios que es lo que normalmente se hace para sentar población por nuestros pagos. Y, de todas formas, qué raro que sólo se sienta en este municipio esa especie de vuelo que te relaja tanto, que lo buscas a diario entre tus círculos, y ta

Desolación, eso es la Cosa

Imagen
Se airea mucho sobre la despoblación de Soria, pero Palencia no es ajena a esta debacle. Antonio Carrillo, en un reportaje reciente para el Diario de Soria, vuelve a tocar el drama de la despoblación de tantos pueblos, fijándose en 114 municipios de Soria que no llegan a los 100 vecinos y asegurando que Guadalajara y Burgos son el epicentro de la despoblación, en el primero donde 168 consistorios no llegan a agrupar a un centenar de ciudadanos y en la vecina Burgos porque es la que lidera la tabla de municipios con menos de 100 habitantes en nuestra comunidad. Y ciertamente, su exposición no deja resquicio para la esperanza. En una provincia donde el número total de ayuntamientos asciende a 183, 114 municipios sorianos no llegan a los 100 vecinos según las últimas cifras del padrón registradas por el Instituto Nacional de Estadística. Eso acrecienta la sensación de vacío, el agotamiento de un mundo rural que un servidor ha defendido sin desmayo. Esta sinfonía, además de congela

El caballo de batalla

Imagen
La despoblación preocupa a todo el mundo. Putin, presidente de Rusia, declaraba hace poco que detener la despoblación de la región del Lejano Oriente de Rusia es una de las principales prioridades del país. En nuestra comunidad también preocupa seriamente esa batalla que unos y otros se cuestionaban hace unos días en las Cortes, saliendo a relucir un plan específico de 80 millones que no se han puesto en marcha, como con tantas otras cosas viene sucediendo. Porque en esta farándula de los parlamentarios no hay una apuesta firme por dotar a los pueblos de medios y servicios, y más que eso, una apuesta por mejorar y defender los que tenemos. ¿Qué pasa con la Sanidad? Una visita médica semanal a pueblos como San Salvador o Polentinos. En cambio, por ejemplo, se gastan un montón de dinero en adecentar el cuartel de la Guardia Civil, y cuando necesitas de un agente tienes que ir hasta Herrera porque hasta el cuartel de Cervera, donde se han gastado otra porrada de millones está cerrad

La independencia del Pisuerga

Imagen
Vicente Basterra ya hace un recorrido en algunas de las publicaciones de la Tello Téllez por el valle del río Pisuerga, una de las principales vías de comunicación que entrelazaba la Meseta con Liébana y Polaciones. Inicialmente la ribera derecha de su cauce fue lugar favorable para el trazado de un Camino real, que, partiendo desde Cervera de Pisuerga, continuaba por estas tierras hasta alcanzar los mencionados valles cantábricos. El Pisuerga que durante muchos años puso el límite a la ciudad de Valladolid -a partir de los años 70 ya se comenzó a construir al otro lado del río- les inquietaba a primeros de este siglo al sufrir la mayor inundación de los últimos cuarenta años, inundaciones de las que no hemos estado ausentes en muchos puntos de nuestra montaña. Pero quería fijarme hoy en su nacimiento. Suelo acordarme de retocar las fuentes que nos sirvieron de vehículo para conocer un poco mejor aquellos accidentes que forman parte de la historia de estos lugares. No basta. A ve

Como un cuento de hadas

Imagen
Sobre un verde intenso, que se extiende como un mar sobre este hermoso valle de Cantabria, al visitar Caloca, uno se adentra por sus empinadas callejuelas, por donde se mezclan los olores a robles, hayas y alcornoques. Hasta en los días más cálidos (raro que se superen aquí los 25 grados) la chimenea humea y la sensación de paz te invade, en estos lugares donde el turismo no lo ocupa todo, como sucede en Potes, pocos kilómetros más abajo. Bajo la atenta mirada de dos estupendos labradores, observamos el bosque lebaniego. Una periodista viajera lo definiría como "una pincelada azafranada"; otro bloguero, escribe que estos bosques han salido de un cuento de hadas, describiendo lugares cercanos a estos de Caloca y Vendejo poblados de robles enormes y de bellísimos acebos. Los habitantes del norte de Palencia, sobre todo los ganaderos, cuando suben a revisar los ganados que pastan en el puerto de Pineda, suelen mirar hacia este pueblo desde el ojo de Vistruey, en Casavega

Quítense la venda de los ojos

Imagen
Mi enfado reside en la ocultación parcial de la noticia, de un medio en el que colaboré durante años, páginas enteras que pueden consultarse en las hemerotecas, historias y entrevistas a personajes de la montaña palentina, basándome en el principio que ha guiado mis pasos desde que comencé en esto y donde, lógicamente, no hay cláusulas de ningún tipo, ni se pactan condiciones económicas con nadie, salvo rescatar del olvido al que parece condenada nuestra tierra. Se dice, sí, que los libros sobre nuestra historia son los más vendidos y se cita a otros autores entre los que se encuentra mi amigo Eduardo Gutiérrez con un lujo de libro, es verdad, "Dentro de mi mochila", que recorre el románico y el arte palentino. Otro libro que está hecho con el esfuerzo privado y que procura el conocimiento artístico. Lo mismo que tantas otras guías y libros de tantos otros autores marginados.  En cambio, promocionan y de qué modo, tanto el citado medio como la Diputación de Palencia

Cuarenta años después

Imagen
Se cumplen ahora 40 años desde que yo me plantee como objetivo escribir del mundo rural, defenderle en la medida que pudiese sin pretender emular otras gestas similares, que sé que las hay a porrillo de gentes entregadas a tantas causas solidarias, algunas de primera necesidad, como el hambre del mundo, el problema de quienes todo lo dejaron por la guerra, la investigación para paliar tantas enfermedades que nos diezman... Eso demanda la plena dedicación de todo el planeta y hay muchísima gente que se mira el ombligo cada día y se justifican con esa burda frase: cada perro que se lama su cipote. Leí en algún lugar que seríamos más felices si nos dedicásemos a promover las pequeñas causas, y son testigos que a eso me dediqué, y puedo asegurarles que en ese estado emocional me encuentro ahora. Feliz, aunque en todos los casos, -y no iba a ser una excepción el mio- sientas alguna carencia, porque en este mundo nadie lo tiene resuelto todo, ni quienes presumen o aparentar tenerlo tod

Cómo volver de Potes a Cádiz sin pasar por Piedrasluengas

Imagen
Este curioso título lo deja el usuario de un foro, y bien podría servir para resumir el malestar de quienes utilizan a diario la carretera comarcal 627 para acudir al médico o al supermercado de las villas más próximas. Me rio porque me viene como anillo al dedo la pregunta que hace otro internauta que quiere conocernos: "A parte de la distancia, ¿necesitaría instrucciones de conducción por la carretera?". En 2010, que ya ha llovido, y que me sirve para recordarle al señor Palomero, lo equivocado que estaba con respecto a la conclusión de las obras de mejora de esta vía, el presidente de la Comunidad en una visita relámpago aseguró que "la inversión sería importante" y "la licitación se produciría antes de que concluyera el año". Juan Vicente Herrera hizo alusión, además,  a la firma de un convenio de colaboración con el Gobierno de Cantabria para que los habitantes del norte palentino utilizasen el hospital de Reinosa. Todo se quedó en pequeños co

La Saga de los Mier (y XI)

Imagen
Conclusiones finales Cuando comienza a airearse el parentesco de la familia Mier de Redondo con los Grimaldi, en el programa del marujeo que entonces emitía Tele-5, "Que me dices", aparece Vicente en la boca de una de las últimas minas del contorno, con su casco y la cara brillante de carbón, el hijo de Carmen de Mier, el mismo que junto a su madre y envuelto en las esencias de una noticia que estaba recorriendo España, aparecía en otras revistas y periódicos. Yo recuerdo a Carmen de Mier, una mujer entrañable que tuve la ocasión de entrevistar para mi sección "Protagonistas de la Montaña Palentina", en la última década del pasado siglo, precisamente, la madre de Vicente, la misma que entonces me recordaba que Reinosa perteneció durante algún breve tiempo a la provincia de Palencia. Es su hijo, Vicente, quien empujado por las revistas del corazón y varios medios importantes de comunicación de nuestro país, se encarga de divulgar, de una manera frívola su le

La Saga de los Mier (X)

Imagen
Conclusiones finales Lo que nadie puede negar a estas alturas es que nos encontramos -más allá de su parentesco con el palacio monegasco-, ante un perniano, cuyo temperamento y suerte -que para todo es necesario-, le llevan a conservar y engrandecer el imperio creado por su tío. A medida que uno avanza en las biografías de estos paisanos, te sorprende la generosidad que demostraron con quienes se quedaron a este lado. En 1904, Isabel Pesado, esposa de Antonio, que había sido testigo de la escasez con la que se vivía en la tierra de sus ancestros, envía 4000 pesetas (mucho dinero en aquellos años), para que se repartan por igual entre cada vecino de los pueblos de Piedrasluengas y Redondo. No es extraño que todos quieran disputarse esta historia. En un reportaje que publica "la Nueva España" a primeros de noviembre de 2012, se vuelve a recordar el origen asturiano del apellido Mier, que lleva una de las tatarabuelas de Alberto de Mónaco. A lo largo de los últimos

La Saga de los Mier (IX)

Imagen
Conclusiones finales Ya hemos dejado claro que fue Laureano Pérez Mier el que se encarga de mover todas las fichas en 1957, a raíz de publicarse un reportaje en la revista Hola con motivo del 700 aniversario del principado. Allí se asegura que Gregorio pertenece a la linajuda familia santanderina de Mier y Terán y para desmentirlo y reafirmar su palentinismo, el sacerdote investiga la genealogía familiar en los libros parroquiales de San Juan y de Santa María de Redondo, en el archivo de la Real Chancillería de Valladolid, en el protocolo notarial de Cervera de Pisuerga -actualmente en el Archivo Histórico Provincial de Palencia-, y en un libro titulado «Apuntes de viaje. De México a Europa», del que es autora Isabel Pesado, esposa de Antonio de Mier y prima política del jurisconsulto de Verdeña, Matías Barrio y Mier. Se trata del Gregorio de Mier y Terán, que nace en 1796, seguramente descendiente de los Mier de Asturias que llegaron a repoblar esta tierra, como sucedió en o

La Saga de los Mier (VIII)

Imagen
Pierre de Polignac y Rainiero Las revistas del Corazón aseguraban entonces que Susana Torre Mier, una de las bellezas mexicanas de la época y perteneciente a una de las familias más adineradas del país, hizo una magnífica boda al casarse el 8 de octubre de 1881 en París con Maxence de Polignac, cuyo último hijo, Pierre de Polignac, -de ocho que tuvieron-, enlaza a los Mier y Polignac con los Grimaldi, al casarse en 1920 con Charlotte Grimaldi, heredera del trono pese a ser hija ilegítima de Luis II de Mónaco. Nunca hemos entendido los negocios de los reyes que buscaban los casamientos como si de un juego se tratase, de ahí que Louis II de Mónaco elige a Pedro porque sabe que su relación amorosa no irá muy lejos, él era homosexual, pero pieza ideal para nombrarlo príncipe, transformarlo en Grimaldi y poner enseguida la corona a su hija. El matrimonio duró tres meses. Pese a todo, les nacieron dos hijos: Antoinette y Rainiero, el de Grace Kelly, tataranieto de nuestro paisano de

La Saga de los Mier (VII)

Imagen
La poetisa Isabel Pesado, nuera de Gregorio En medio de esta sinfonía natural que se desparrama a manos llenas por este valle de Redondo; en medio de ese torrente de riquezas que como por arte de magia llegan a las manos de esta Saga, brota como agua fresca la poesía de Isabel, la esposa de Antonio, el diplomático, hija de José Joaquín Pesado, uno de los más ilustres literatos de México, vástago de un emigrante gallego que había hecho fortuna en Orizaba. Joaquín fue catedrático de Literatura en la Universidad de México y el primer escritor mexicano que obtuvo el título correspondiente de la Real Academia Española. Como anécdota, si cabe, diremos que se casó dos veces y tuvo 17 hijos. Nueve de su primera esposa entre los que se encuentra nuestra poetisa. Isabel sólo tuvo un hijo que murió a los tres días de su nacimiento. Viajó por Europa con su marido enfermo y escribe en la última página de su libro de viajes: "Hace diez años que vivo retirada del mundo, recibo a la fami

La Saga de los Mier (VI)

Imagen
Luisa y Susana, hija y nieta de Gregorio Frente a las tristes historias que se dieron de vecinos de la montaña que no llegaron a su puerto por enfermedades o naufragios, -sobre todo los que se fueron hacia Argentina- O aquellos que llegaron y a duras penas sobrevivieron, estos Mier hacen honor al dicho popular: "Adelante los de Mier por más valer", y van sumando para su causa, lo que sin duda engrandece también al lugar donde nacieron. Gregorio y Mariana tuvieron cinco hijos. La hija mayor, Luisa de Mier y Celis, que había nacido en Redondo en 1830, se casa con Isidoro de la Torre en Puerto de Santa María, que años más tarde llegó a ser un importante empresario azucarero, allá por Orizaba, en Veracruz.  Con Isidoro compartirá la gran hacienda que hereda en San Nicolás de Peralta. La hacienda había sido el núcleo de un convento de las Carmelitas, cuya propiedad tuvieron que vender durante la llamada guerra de los "pasteles" al que aseguran era el hombre m

La Saga de los Mier (V)

Imagen
Antonio, el hijo de Gregorio No rebusco información porque me deslumbren las riquezas que acumularon. Lo hago más bien por el lugar de donde parten, uno de los valles más ricos de esta tierra, que es la canción que vamos a nuestra manera interpretando. Recordábamos la semana pasada la semblanza del tío de Gregorio, el que abre camino y llega a lo más alto, sin duda, empujado también por un buen golpe de suerte, que siempre es imprescindible para llegar y más tan lejos como llegaron estos Mier de Redondo. Antonio de Mier y Celis, nació el 3 de Octubre de 1834 en la ciudad de México y murió en París a los 65 años, después de una intensa vida como diplomático, aristócrata y banquero. En 1868 contrae matrimonio con Isabel Pesado, hija del político mexicano José Joaquín Pesado, que sumado a la cuantiosa herencia que recibe le da para vivir de las rentas por los restos, sin gastar desmesuradamente, pero aparcando el negocio de prestamista que tantos dividendos le reportó a su padre.

La Saga de los Mier (IV)

Imagen
Gregorio de Mier y Terán Gregorio de Mier y Terán, nace en 1796, en el pueblo perniano de Santa María de Redondo, seguramente descendiente de los Mier de Asturias que llegaron a repoblar esta tierra, como ya hemos visto en anteriores artículos, y como sucedió también en otros pueblos de nuestra montaña. Su padre, Antonio Mier y Terán, era síndico recaudador del convento franciscano del Corpus. Su madre, Antonia Alonso Terán, era natural de Piedrasluengas.  Nieto por parte de padre de Felipe de Mier López y Manuela Mier Duque. Y por parte de madre, nieto de Josef Alonso, vecino y natural de Piedrasluengas, y de Antonia de Terán, natural de Puente Pumar, en el valle de Polaciones. Los abuelos paternos de Gregorio (Libro de Velados, 1748-1852), Felipe y Manuela, se casaron el 26 de Julio de 1753, y eran hijos, respectivamente, de Felipe de Mier Duque y Josefa López. Y de Antonio de Mier y Francisca Duque. Su hermano José, el primogénito, de 25 años, figura como regidor en el padr

La Saga de los Mier (III)

Imagen
Antonio, Gregorio y Celestino Aunque los libros de bautismo, matrimonios y defunciones de San Salvador de Cantamuda están plagados de nombres con el apellido Mier, tres son los Mier -de la misma familia- que triunfan en México a lo largo del siglo XIX. Inicia dicha saga el financiero palentino Antonio Alonso Terán, que nace en Piedrasluengas en 1768 y emigra a Nueva España al final de la colonia, donde llegará a ser un miembro destacado del Consulado de Comerciantes de la Ciudad de México. Sus negocios crecen y se extienden por los puertos de Veracruz y Acapulco. Crece tanto y tan rápido que compra haciendas y fincas y su holgada posición le permite hacer préstamos a los primeros gobiernos de la República mexicana. Son los primeros años de la Independencia, de manera que, con aquel gesto, no solo impide la expulsión de los españoles decretada por esos gobiernos en 1827 y 1829, sino que se convierte en acreedor del Estado. Su sobrino Gregorio fue su continuador a quien mandó e

La Saga de los Mier (II)

Imagen
Los de Mier por más valer Revolviendo documentos, uno llega al pleito litigado por los hermanos Rodrigo y García de Mier, vecinos de San Juan de Redondo, con el fiscal del Rey y el concejo y pecheros de dicho valle, sobre su hidalguía. También por la misma causa aparece en febrero de 1592 el nombre de Juan de Mier, vecino del mismo pueblo, llevando como testigos a Rodrigo de Oreña y García de la Iglesia, ambos de Cabuérniga, el último de 100 años de edad. Gracias a este litigio, los expertos en genealogía atribuyen la fundación de la Casa Mier y Terán en Cabuérniga a Martin Pérez, apodado "el Asturiano", a quien alguno nombra como uno de los caballeros del Cid, sin que haya una respuesta que lo confirme. Sobre todo por el afán, entonces, de pertenecer o emparentar con uno de esos ilustres personajes de la época. Lo cierto es que Los Mier y Terán no aparecen en el Becerro de las Behetrías, ni en las Behetrías Castellanas donde según manifiesta Francisco Javier Polanco