La margarita de Bonillo


Finalmente, la Central de Biomasa tampoco se trasladó a Velilla.


Si queríamos un ejemplo de tenacidad y constancia que nos devolviera la confianza en nosotros mismos y más allá de los resultados que los promotores pretendieran, bien evidente lo tenemos en la Coordinadora que durante años se ha venido oponiendo a la Central de Biomasa de Salinas de Pisuerga. Si algún día se demuestra que la historia no es viable, quienes se opusieron a su enclave en Salinas se opondrán también, es de prever, a su traslado a Velilla del Río Carrión.

Pero yo me pregunto, como se" preguntarán los lectores, ¿Quién tiene la última palabra?, ¿Quién impide que la Central se ponga en marcha? Porque a estas alturas no vamos a creernos que una pequeña Coordinadora, contraria a los proyectos de Abengoa, loable en muchos aspectos de su lucha; criticable en algunos, como la agresión a Jambrina en Aguilar, sea la causante de este cambio de estrategia.

Félix Bonillo tiene en sus manos la margarita y, en principio, nada que objetar a sus decisiones. ¿No queremos garantizarnos el futuro? "Pues nos agarramos a un clavo ardiendo" -ha declarado-, no sin obviar, por supuesto, una explicación que aclare de una vez y para siempre el funcionamiento y la peligrosidad de este proyecto. Porque no debe servir en modo alguno la promesa de puestos de trabajo, que a medida que pasa el tiempo se ven considerablemente reducidos, ni nos importan las ayudas o subvenciones que para este fin las instituciones hubieran programado. ¿Qué es lo que hay tan oscuro detrás de este planteamiento que a todo el mundo quema? ¿Por qué se han los vuelto atrás muchas personas y algunos Ayuntamientos -como el de Aguilar- que con tanto ímpetu lo defendieron en otro tiempo? Nadie cambia de parecer de la noche a la mañana. Aquí hay razones de mucho peso, pues de otro modo, quienes ostentan la mayoría no hubieran cejado en su empeño y la empresa en cuestión con sus beneficios y perjuicios estaría instalada y funcionando con gentes del pueblo que cedió los terrenos o con gente de fuera.

Quienes se oponen a la Central de Biomasa en Salinas, quienes se opongan a su instalación en cualquier punto del norte de Palencia, no hacen otra cosa que acogerse a las estrictas normas que dictara la Junta de Castilla y León para prevenir el desmantelamiento de los montes. Esta es una de las historias claras que nos ha quedado de toda esa maraña que se ha venido escribiendo sobre este delicado asunto.

Quienes tengan intereses creados que los saquen afuera, porque no es de recibo que por unos pocos puestos de trabajo nos carguemos la tierra. Si hasta ahora quienes viven aquí lo han soportado todo, pueden esperar un poco más si es necesario, pero yo estimo que, pese a la sabiduría de muchos dichos, no debemos coger el clavo ardiendo y el alcalde de Velilla ha de tener en cuenta esto antes de deshojar la margarita.

Imágen: Orígenes: La Reana de Velilla

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