Patrimonio público, no político
Saber es bueno. Todos queremos saber, pero hay todavía por esos mundos gente atrevida y malintencionada que lo confunden todo, que opinan sin saber, a ver qué pasa, por decir algo, y así uno se va encontrando con pueblos que no están donde dicen, con lugares a los que se les atribuye servicios que no dispensan y apelativos que rompen el concepto mágico que estos lugares atesoran para quienes tuvimos la suerte de corretear por ellos. Una de estas perlas la encuentro cuando buscaba información en la web sobre San Salvador, “San Salvador tiene un apellido –Cantamuda– que ha dado pie a algunas de las leyendas más zarrapastrosas de nuestro acervo popular. Así que mejor no seguir por esa senda”. Seguramente no se lo contaron bien, o no puso el mínimo interés, o el tío confunde leyenda con historia, que la historia habla de “cantamuga”, como término, mojón, y eso es en definitiva lo que marca su verdadero origen. En Mayo de 2005, la Diputación provincial hace público un informe dond