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Mostrando entradas de febrero, 2008

Historia de un repetidor

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Buscando documentos en Cervera para el libro que llevo entre manos por encargo de una editorial, me di de bruces con la historia que protagoniza José Benito Barreda, funcionario municipal y corresponsal en la década de los sesenta de este diario y del diario Alerta.En la crónica que publica el diario cántabro el 24 de febrero de 1967, Barreda da cuenta del repetidor de Tv que se ha instalado en la Peña Barrio y empuja algunas opiniones personales que son motivo de escarnio por parte del regidor en aquellos momentos, a la sazón don Tomás Fraile, y que le llevan a abandonar la corresponsalía de la villa. Entresaco el párrafo que origina la polémica y que el alcalde califica de injurioso. Dice así: "Todos estamos convencidos de que la TV, aparte de ser un medio de distracción, es también un elemento importante de expresión cultural, por cuyas razones las Corporaciones Locales, Provinciales y Nacionales le vienen dedicando una gran atención, invirtiendo elevadas cantidades

Temores de siempre

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Hace unos años, una mañana de domingo llegué a Casavegas. Es un pueblo pequeño, cuyas tierras limitan con los pueblos pernianos de Lores, Camasobres y Areños y los cántabros de Vendejo y Cueva, así como Caloca, al que se llega a través del collado de Vistrió. Este lugar tan recogido, ideal para un asentamiento cántabro –como bien escriben en la web sus hijos-, tiene rincones llenos de encanto y de misterio, como el ojo que mira a los valles de Liébana por la pista que conduce al puerto de Pineda. Se trata del Mirador de Cerraillo, también conocido como el Bocarón de Caloca.. Hay muchas personas que conocen esto y lo divulgan en la medida de sus fuerzas. Y hay muchos que prefieren mantenerlo en secreto, no porque no sientan hasta el extremo más sublime su belleza, sino porque temen la respuesta masiva de la gente, el deterioro, la transgresión a un medio que siempre nos ha parecido tan especial y único a quienes lo heredamos. Esto debería despejar las dudas de aquellos que nos v