Un grito por la Ojeda


Nuestras imágenes, restos arqueológicos, arte sacro o civil, piedras talladas, vestiduras…, solamente se prestarán a Museos o similares de Castilla-León, previa firma de un Documento que acredite su devolución posterior".




Esta es una de las Ordenanzas a las que alude Rafael Palacios, escritor de aquel valle y tiene su explicación porque, en los años de atrás, llegaron a diversos lugares de EEUU imágenes y esculturas propiedad de La Ojeda y de otros pueblos de la montaña. Hace ya un tiempo, mi amigo Amando Vega, profesor en la UPV, verdadero impulsor de la recuperación de la ermita de San Jorde, me propuso una iniciativa para salvar el templo del siglo XIII que aún luce su espadaña y su troncocónica pila bautismal.

A nuestra propuesta se fueron sumando en los distintos foros, gentes que habían nacido o tenían sus raíces en este lugar abandonado: Olea de Boedo, Zorita del Páramo; 5 Jordes de Sudamérica por Santa Cruz y Bolivía que buscaban el orígen de su apellido… un vecino de Francia que escribe muy sentido: "He dado parte de estos hechos a gentes responsables de la región y me contestaron que no había subvenciones para repararla". Lo cierto es que, merced a esta iniciativa, volvió a retomarse la puesta a punto de la ermita de San Jorde, uno de los Monumentos Palentinos incluído desde hace años en la lista roja del Patrimonio. Para cerrar el círculo y empujar nuestro ego, hace poco tiempo la procuradora socialista, María Luz Martínez Seijo, nos remitía un correo solicitando información sobre la ermita. Quería defenderla con una proposición No de Ley en la Comisión de Arquitectura y Vivienda de las Cortes Regionales. Será difícil que aquellos que "defienden" los intereses de esta tierra vuelvan los ojos a este lugar que, como escribió "Morenés" a Amando Vega, "es suyo" y como tal se ha de concienciar a la opinión pública para que limpien, consoliden y cuiden ellos mismos.

A veces hasta las pequeñas causas encuentran sentido y resonancia, cuando el eco de tu grito es recogido por otras gentes que lo examinan y lo tratan; que vuelven a gritarlo y lo exponen al público. Y ahora es el momento de añadirla a esas iglesias que se están restaurando, para que forme parte del "Patrimonio de la Humanidad" que se vislumbra.

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