Historia de una decepción

Algunas de las historias de las que ahora nos acordamos, podrían haber tenido un final diferente, acaso más justo -¡quién puede adivinarlo!-, pero queda la duda y avanza cada día la creencia de que así hubiera sido. Me refiero a la reestructuración de los pequeños municipios, y en concreto la fase que se llevó a término siendo gobernador de la provincia José Mª Rabanera y Ortiz de Zúñiga.


Estos últimos días me he asomado a un libro que ha lanzado la editorial Lancia: "La Cantabria Leonesa", y donde -según el autor, La Liébana y el norte palentino pertenecen a León. Pero, como el asunto requiere más espacio y reflexión, lo dejaremos para otra ocasión.

Lo cierto es que en dicho libro aparece La Castillería y Resoba formando parte de Pernía. Surge este comentario porque, al margen de que en siglos pasados fuera cierta dicha aseveración, Estalaya, Verdeña, Celada de Roblecedo, San Felices y Herreruela de Castillería, se anexionaron al Ayuntamiento de Cervera de Pisuerga. Con el Movimiento Nacional se lograba la fusión de unos sesenta municipios en nuestra provincia y a quienes les ha tocado cierta responsabilidad de lo que ellos consideraban un problema (muchos Ayuntamientos y muy pocos habitantes) entienden como muy acertada la propuesta.

Uno de los portavoces de la Federación de Municipios Rurales, Pedro Martínez Martinez, declaraba en febrero de este mismo año (1996): "Está claro que en una población de muchos habitantes siempre hay más posibilidades de que rinda más una inversión". Y añadía: "Se deben tomar medidas para detener la emigración de los pueblos". "Los pueblos tienen futuro si se ponen los medios para que lo tengan".

José Mª Castro Asensio recordaba las exiguas cantidades que se necesitan para que estos pequeños municipios funcionen. Sea como fuere, lo cierto es que aquellos días nuestros vecinos de la Castillería le dieron su voto a Cervera. ¿Por qué? -se preguntaba entonces la Corporación de 'la Pernía'. ¿Porque era más grande? ¿Porque había un cierto optimismo en el futuro? Por lo que fuera. Lo que sucede es que en la actualidad -con ciertos altibajos y mejoras- siguen como estaban ...

La duda anida en la pregunta que hoy se hacen: ¿qué hubiera ocurrido si nos decidimos entonces a formar ayuntamiento nuevo? Esa duda atormentará siempre, aunque, por lógica, llevábamos por delante varias e importantes ventajas, a saber:

La subvención a percibir sería para el nuevo ayuntamiento. (Entonces se hablaba de 750.000 pts.)
No existía la masificación que ahora mismo soporta el Ayuntamiento de Cervera,
Se unirán dos o tres conceptos iguales de cultura y costumbres, porque Cervera, aún estando próxima, vive de diferente forma, no entiende, por lo tanto, algunas de nuestra reiterativas cuitas: véase la escuela, el invierno, la carretera ... etc. Tendríamos otra respuesta de la parte política.
Se abriría una vía de comunicación con Barruelo-Brañosera, lo que ahora mismo podría servir de apoyo para el turismo rural en alza. Y así más y más historias que nos favorecerían.

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