Casa de los moros

En Diciembre de 2003, Miguel Angel Martín Carbajo, arqueólogo de la empresa “Strato”, bajo la supervisión de Cristina Lión Bustillo, arqueóloga de la Junta de Castilla y León en Palencia, inicia la prospección arqueológica intensiva del paraje denominado “Casa de los Moros”, ubicado al este del casco urbano de Herreruela de Castillería.

 

En el verano de 2003, la “Asociación Fuente Cobre”, como consta en la memoria elaborada por Carbajo, y firmada en “La Cistérniga” (Valladolid), el 15 de enero de 2004, entregaba un informe en el Servicio Territorial de Cultura de la Junta de Castilla y León en Palencia, donde se hace referencia al asentamiento defensivo en el lugar conocido como “Casa de los Moros”, en aquel pueblo.

En 1981, el escritor y académico Gonzalo Alcalde Crespo, hace mención al sitio en el III Tomo de la Montaña Palentina (Pernía), invitando a realizar una prospección arqueológica en el Castro Corisa (o Antroído) para determinar la existencia de una fortificación medieval.

Pero la intuición o el interés que mueve a espeleólogos y estudiosos, se da una vez tras otra contra el muro de piedra de quienes lo examinan y así se sabe que, en los trabajos de inventario, en la Campaña 2000–2001, se vuelve a mencionar como una anécdota, interpretándose los restos como simples cercas de corral para el ganado, describiéndolo como un gran canchal de piedras calizas, lo que no parecer corresponderse con un asentamiento de la importancia que señalan quienes vienen invitando a removerlo. La primera mención que se tiene de un intento de investigación, es la de los trabajos realizados entre febrero de 1983 y mayo de 1985, donde se da cuenta del hallazgo de un yacimiento medieval con este nombre y que fue publicado en el Primer Congreso de Historia de Palencia. Posteriormente, el arqueólogo Francisco J. Pérez, abre una ficha en 1986, refiriéndose al término como Castro o recinto, perteneciente, posiblemente, a la Edad de Hierro o Época Medieval.

Debido a las condiciones climáticas tan duras, se entiende que los restos encontrados han sufrido un deterioro y, en muchos casos, han perdido alguna de sus características. El lugar del estudio se encuentra condicionado por el curso del Arroyo Herreruela, que vienen a desagüar otros acuíferos que bajan de la sierra. En una de las elevaciones se localiza una plataforma que viene acompañada por una serie de farallones rocosos y que la convierten en un punto estratégico, dominando el paso a través del valle. Lógicamente, en el informe que emiten los técnicos y que los interesados podrán encontrar en la página Web de nuestra Asociación, el estudio se realiza en la peor época del año; una tierra como la nuestra, condicionada tanto por el tiempo, presenta en el último mes del año una vegetación tupida que impide una prospección adecuada. Los encargados de realizar el estudio hacen uso de una importante recopilación bibliográfica, como es el caso del Diccionario de Pascual Madoz; el Becerro de las Behetrías, que estudia ampliamente Martínez Díaz en 1981, y los primeros capítulos de la Historia de Palencia, dirigida por Julio González y escrita por R.Martín Valls y L. Balmaseda (1984) en los que se recoge información sobre los yacimientos arqueológicos más significativos de la provincia. Aunque desde los departamentos que los apoyan, se nos ruega confidencialidad, ya han pasado dos años desde que se abre nuevamente el estudio y nos tememos que no hay indicios de un seguimiento serio y puntual.

El arqueólogo que firma en Valladolid el largo informe, acaba señalando que el enclave, por su situación, presenta un gran potencial, por lo que sería interesante (y urgente) acometer actuaciones arqueológicas encaminadas al conocimiento del mismo. De este modo se podría realizar una documentación de la muralla y limpiezas y excavaciones en toda la zona para su puesta en valor y acondicionamiento. También sería aconsejable señalar los accesos e incluir el lugar en las guías turísticas.

No perdamos la ilusión. No bajemos la guardia. Quienes entienden vienen reafirmándose en la importancia del hallazgo. Quienes gobiernan no deben demorar las obras y medidas necesarias para restaurarlo.

POST DESTACADO

El corazón con que vivo