La wikipedia


En estos días que se aviva la polémica sobre los derechos de autor, conviene precisar hasta dónde lo que recogemos de otros es suyo y cuánto hay de siembra propia en lo que firmamos como nuestro. Porque una cosa es la literatura, el hecho de sacar de la nada personajes y ponerlos en movimiento sobre el papel, ahora ya más a menudo sobre las máquinas a las que vivimos conectados, y otra bien distinta, la noticia, lo que se cuenta sobre un personaje o sobre un pueblo, que es una especie de boca a boca con más aire que en el pasado, donde se pensaba, con buen tino, que "el buen paño en el arca se vende". Siempre me ha parecido lógico citar las fuentes cuando se trataba de los primeros, porque al autor hay que mimarle, nunca tanto como el autor supone, pues qué sería de su relato sin lectores, ni tan poco como pretenden darle algunos internautas, que parece que quieren que invente para ellos sin recompensa alguna.


Una cosa es un blog para pasar el rato y otra un libro que ha supuesto muchas horas de estudio y sacrificio y que revierte en una serie de canales de los que muchos se alimentan, no solo culturalmente, sino como medio de vida.

Hace unos días se cumplía el décimo aniversario de la Wikipedia, el sueño de Jimmy Walles y Larry Sanger, nadie sabe en realidad quién de los dos lo soñó más porque se separaron, al crear la enciclopedia digital más grande del mundo, una enciclopedia enriquecida con las aportaciones de los propios usuarios que, a pesar de errores y lagunas, ha recibido una buena nota. La revista científica "Nature", en diciembre de 2005, declaró que "la versión en inglés era casi tan exacta en artículos científicos, como la Enciclopedia Británica".

Todo es susceptible de mejora. Vivimos constantemente inmersos en un mundo que necesita comunicarse, ya no se trata sólo de salvar nuestro nombre. "El que lee, sabe; el que sabe, puede", decía el que fuera redactor jefe de este diario, Félix Buisán Citores. Pues, eso.

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