Principio de Pascal


Con su permiso, hoy quiero hacer un alto en el camino, para participarles otra buena noticia que tiene que ver con los amigos que, desde otras tierras nos comunican y alientan con sus versos.
El Gobierno de Navarra ha dejado en mi buzón un nuevo libro con el que ha premiado la obra de mi gran amigo y colaborador Alfonso Pascal Ros.


Prologado por otro hombre de letras, Jesús Munárriz, al que el poeta elogia, afirma que "Principio de Pascal", es un homenaje al padre muerto, al Pascal de sesma, a los pascales de Perú, ahora de Pamplona; un guiño al Pascal más famoso, el de Clermont.

Alfonso Pascal, el de Barañain, es un tio franco, generoso, amigo de sus amigos, entregado como bien puntualiza Peralta, a una trayectoria cada vez más personal y segura, al que necesitamos oir de vez en cuando y a quien pasado un tiempo sin su esencia, enseguida le decimos, como él nos dice al comienzo de este libro:

Y con la misma voz que te marchaste 
esperaba dijeras
que volvías...

Félix Maraña, dice en la posdata de este mismo ejemplar,  que "la poesía de Pascal desvela con claridad, incluso descuido, las entrañas de su hacedor". El miedo a coronarse en ese circo o circuíto al que te aupan, al que te añaden tus compañeros de trabajo, cuando quisieras escribir algo que trascendiera las fronteras de tu propio mundo pero hacerlo al mismo tiempo sin que se te notara, como el propio Alfonso ya lo expresaba en su libro "los Vinculos del verdugo" (1993),

Admito sin embargo, que la vida
se me mantiene a fuerza de escribir. 
Es peligrosa esta fatal costumbre 
de vivir arrastrando una amargura.

Yo admito todo lo que se dice de Alfonso, pero me entrego con deleite a cuanto expone, porque lo hace siempre a corazón abierto. Esto es lo que hay y así lo canta. 

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El corazón con que vivo