Democracias ancestrales (y III)
Estos pequeños pueblos tenían una autonomía casi total a la hora de ejecutar obras o disponer de sus fondos. Igualmente hacían uso de sus terrenos, cuyos rendimientos por arrendamientos, aprovechamientos cinegético o forestal, les aportaban una buena cantidad de euros que administraban como deseaban. Muchas veces eran más ricos que el Ayuntamiento del que dependían. Elionor Ostrom, premio nobel de Economía en 2008, elogiaba la capacidad de autogestion de los pueblos, conservando así los bienes comunales. Cuando me propongo un tema para esta columna, que aquí, hables de lo que hables, nadie interfiere ni molesta, voy siguiendo un poco la actualidad que impera en los últimos años, la nuestra, de la montaña palentina, y confieso que nunca me había retrotraido o postrado tanto como en esta última serie, a raiz del acuerdo del Gobierno por el que se suprimen la mayor parte de las Juntas Vecinales. Me he sentido tan vapuleado como los leoneses, porque como ellos, con quienes