Un oso corriendo. Un perro ladrando.

Hace unos días, Fernando Martín Aduriz, emocionado por uno de los artículos donde mencionaba al compositor Luis Guzmán Rubio, subió una foto de la tercera página del diario al muro de facebook, sugiriendo su lectura e invitando a removerlo. Menos mal que era la foto de este diario.



Gonzalo Alcalde, por su parte, le hizo un guiño a pie de foto, comentando que lo mío no tenía mérito pues había nacido en la tierra de la que hablaba tanto.

Desde luego no le falta razón a ninguno. Entiendo la emoción de Fernando, que es lo primero que te ocurre después de visitar los pueblos que la forman y degustar la comida del Peñalabra o el menú degustación de mis parientes de "La Taba", que ya he visto opiniones contrarias que el psicólogo entenderá aunque no las comparta.

Aquí cada uno con su canción. Mientras divagábamos y sonreíamos en aquella red social, los ecologistas palentinos protestaban porque se había absuelto a un joven de ejercer una caza a caballo y con un perro sobre un oso, allá por mi pueblo, en el verano de 2010.

Según la versión, que no me parece descabellada, el acusado al ver un ejemplar joven de oso pardo comenzó a grabarle. El oso salió huyendo y, detrás de él, el perro, al que trató de dar alcance a caballo para apartarle de la escena. La historia se conoció porque éste la subió a youtube. Cosa rara que, alguien que intente dar caza a un ejemplar joven de oso, y más habiendo sido cuidador de ellos y sabiendo lo penado y perseguido que está, se le ocurra subir un video a la red donde se ve al oso corriendo y a un perro ladrando.

El video comenzó a dar vueltas, como la imaginación de quienes lo entendieron como un ataque, como una cacería. De quienes no se detuvieron hasta sentarle en el banquillo. Ya tenemos servida otra de las emociones que les depara la montaña a quienes juzgan y condenan y se rebelan contra los que absuelven porque no hay delito demostrable, porque no hay disparos ni osos muertos. Es lo malo de la imaginación de quienes sólo buscan el escarmiento y el escarnio de los humanos tan salvajes que andan por estos montes a caballo.

Imagen: José Luis Estalayo
Artículo para la sección "La Madeja" en Diario Palentino.

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