Radiante y sola. Ese es su sino.

Procuro responder, de la manera más razonable que entiendo, las demandas de aquellos que me inspiran y me siguen, alto honor para mí, en el caso de mi gran amigo Luis Guzmán Rubio, que camino ya de los 100 años, con una bagaje cultural y humano impresionante, me llama para interesarse por los pueblos y la gente del norte.


Luis Guzmán, que nos deja un legado memorable en el apartado del folklore, y que ha sido el primero en inaugurar el homenaje que la Diputación concede al malogrado José María Silva, me llamaba hace unos días desde Tarragona, donde reside, emocionado y dolorido; en un momento de la conversación rompe a llorar como un crío, pues me cuenta que se había puesto en comunicación con quienes fueron sus alumnos en San Felices de Castillería y le habían dicho que el pueblo se estaba muriendo, que apenas si quedaban cuatro vecinos, que aquella era la tónica general de todo el territorio de montaña.

Procuro tranquilizarle, porque para nadie es un secreto que la despoblación rural es la tónica general del mundo. Sé lo que Luis aprecia todo lo que se refiere a nuestra tierra. Qué digo aprecio, sé de qué modo vive desbordado en recuerdos, en costumbres, en cánticos. No creo que los años le hayan hecho olvidar el ensombrecedor panorama que ahora nos devora. Y le corrijo: “Luis, la tierra no se muere”. De hecho, no es el suyo un llanto por la tierra, que está más viva que nunca. Se mueren las personas, y lloramos por ellas y por la tierra que se queda yerma, que se queda baldía, que se queda sola. Hermosa y abandonada por sus hijos a quienes la vida les pedía un sustento para seguir viviendo.

El maestro deja a un lado su hipo y me pide que haga algo, que yo puedo hacer algo, que él sólo entiende de partituras, pero que yo me subo a lo más alto con el bolígrafo. Yo me siento halagado pero no puedo mentirle. El tiempo va pasando, otros vendrán que canten con tal brío y acaso con mayor fortuna.

Yo ya puse todo lo que tenía en el asador, puse a tostar mi cuerpo y así lo mantendré hasta donde me alcancen las fuerzas y el entendimiento, pero los resultados llegan tarde, tan tarde como las ayudas del Gobierno de turno.

Para la sección "La Madeja" en "Diario Palentino".
Imagen: Alba de los Cardaños, por @José Luis Estalayo

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