Canto al labrante

Yo quería hacer un canto al hombre, a quien dedicó su vida a labrar estas piedras, a quien invirtió su vida en enseñar a labrarlas a sus descendientes y discípulos. Pequeñas iglesias que no figuran en los libros, pero que tanto representan para nosotros. Todo un recorrido por una provincia considerada Capital Mundial del Románico. ¿Les empujaba el miedo? ¡Tal vez¡


Como inspiración, además, para seguir sumando, se encuentran en medio de un paisaje inmenso, de una tierra que al igual que inunda y refresca nuestros sentimientos, debe influir, necesariamente, en los acabados de estos templos, en la improvisación de algunas obras que a lo mejor no estaban en un papel pintadas...

Manuel Gila, uno de esos sabios del románico, escribía hace poco en uno de los blog que alimento en la red de qué manera a través del románico podemos leer la historia, los miedos de las gente del medievo. Es evidente la importancia de la imagen en todos los tiempos y eso fue a mi modesto entender lo que nos legaron los canteros, sin que se detuvieran a valorar la importancia de aquellas obras a las que se entregaron con paciencia y temple.

Las piedras trabajadas y adornadas con mil motivos, que nos hablan sin poder precisarlo del trabajo, de las relaciones laborales y familiares, del temor a los castigos, del lugar donde venían... en un momento en el que la religiosidad lo atrapa todo. Muchas de las observaciones que han realizado los expertos, el mismo García Guinea que ante la decoración de unos capiteles de esta ermita de Santa Cecilia, sugiere una posible representación del alma encadenada por el pecado mortal, no dejan de ser intentos por descubrir aquella historia.

Estas ermitas, estos templos que ustedes ven desde sus casas, cuando van a los prados, cuando van de paseo… son templos diferentes, bellos, emblemáticos, románticos... que aúnan momentos y estilos constructivos locales y que es imprescindible visitar en más de una ocasión, en sosiego, en homenaje a quienes labraron y colocaron las piedras, en homenaje a los canteros.

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