Quítense la venda de los ojos

Mi enfado reside en la ocultación parcial de la noticia, de un medio en el que colaboré durante años, páginas enteras que pueden consultarse en las hemerotecas, historias y entrevistas a personajes de la montaña palentina, basándome en el principio que ha guiado mis pasos desde que comencé en esto y donde, lógicamente, no hay cláusulas de ningún tipo, ni se pactan condiciones económicas con nadie, salvo rescatar del olvido al que parece condenada nuestra tierra.

Se dice, sí, que los libros sobre nuestra historia son los más vendidos y se cita a otros autores entre los que se encuentra mi amigo Eduardo Gutiérrez con un lujo de libro, es verdad, "Dentro de mi mochila", que recorre el románico y el arte palentino. Otro libro que está hecho con el esfuerzo privado y que procura el conocimiento artístico. Lo mismo que tantas otras guías y libros de tantos otros autores marginados. 

En cambio, promocionan y de qué modo, tanto el citado medio como la Diputación de Palencia, un libro de 40 rutas, porque aquella Institución considera que es más importante dar a conocer la montaña subiendo a sus cumbres (que a ver si los que vienen a escalar son más que los que vienen a comer y pasar un día al aire de estos lugares), que recoger, como es nuestro caso, toda la historia, la de todos los pueblos que la forman y arriesgarse autor y editor en la ingente labor de promoción y venta, para que todos los que vengan, de manera especial todos los palentinos, puedan conocer un poco mejor los pueblos y los ayuntamientos a los que pertenecen, con sus historias, con su románico, con su gastronomía, con la belleza del paisaje, con interesantes propuestas de rutas y visitas. 

No señores, no. Siguen haciendo mal las cosas. No apoyan del mismo modo a quienes nos hemos gastado una vida entera en dar a conocer al mundo la historia de nuestra montaña palentina. Pero, ¿a qué estamos jugando? Se supone que ya hemos pasado con éxito las barreras que se citan de odios y de envidias y nos unimos para interpretar y difundir, todos a una, la canción de esta montaña que no es mía ni suya, coño, que es de todos, y a esa cantinela hemos de ceñirnos con el convencimiento de que se trata de una de las más bellas canciones de la Naturaleza.

De la sección "La Madeja" en "Diario Palentino", 2016

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