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Mostrando entradas de marzo, 2016

Cueva de los Franceses

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La Cueva de los Franceses se encuentra en el término de Revilla de Pomar, entre Covalagua y el Páramo de la Lora, enterramiento natural de los soldados franceses en la Guerra de la Independencia. En el interior se puede disfrutar de las formaciones estalactiticas. La cueva fue el último reposo de los combatientes que cayeron en un enfrentamiento acaecido en el Páramo de la Lora entre tropas napoleónicas y un destacamento de Húsares Cántabros. La cueva fue descubierta en 1904 por D. Luciano Huidobro. Acompañado de parientes -cuenta Huidobro- y del Sr. Cura de Pomar de Valdivia sube a las Tuerces, se interna por el hondón que lleva a la cascada de Revilla y llega hasta la cueva del Toro en Valderredible, donde "penetrando como un hurón" descubre el cuerpo de un crimen que había pasado ignorado. Aquel descubrimiento da lugar a una exploración de la cueva de La Lora recordada por los naturales como fatídico recuerdo de la Guerra de la Independencia. CUADERNO DE ANOTA

Cueva del Cobre

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Adentrarse en el Valle de los Redondos es una gozada para la vista. Después de atravesar pueblos donde abundan escudos y blasones del siglo XVII, dejando a nuestras espaldas las emblemáticas Peñas del Moro, que dan pie a la leyenda de Viarce, uno se adentra en una tierra virgen, valle agreste donde tanto tiene que decir la botánica, uno de los reductos de mayor valor ecológico de la cornisa cantábrica, al decir de los investigadores y amantes de la naturaleza. Pasado el pueblo de Santa María se encuentra el camino que nos llevará hasta Cueva Cobre, situada en la vertiente sur de la Sierra de Hijar y hasta hace pocos años considerada como nacimiento del río Pisuerga y donde sorprende la enorme cavidad que se hace junto a la boca, fruto de la acción del agua durante siglos. En 1849 ya es mencionada por Madoz, citando la visita del ingeniero de minas Gabriel Puig y Larraz, que recorrió 700 metros y ya establece una relación hidrogeológica entre ella y el sumidero de "Sel de l

Coplas a Palencia

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El lunes, 9 de septiembre de 1929, en la fiesta de la Copla Castellana se asegura que en Palencia hay poetas y hay cantares. Yo diría que, en todas partes hay poetas y en todas las cosas hay poesía. Basta sentirlo de manera especial para que salga al aire y convenza, y entusiasme, y sea bálsamo eficaz a tanta herida que se abre. El redactor o cronista se fija primero en el rico lenguaje de aquellos primeros tiempos y en el juglar castellano que recita el Poema del Mío Cid, única gesta conservada de mediados del siglo XII, cuya única copia fue realizada en 1307 por un tal Per Abbat y que consta de 3730 versos. Se cree que fue compuesta en 1140 por algún juglar de Medinaceli y en la misma aparecen detalles del camino que conduce de Burgos a Valencia. En el desván de la casa donde nací, de la que tantas veces os he hablado, rescaté antes de venderla un buen número de coplas que seguramente mi abuela, buena panderetera, había ido coleccionando. Y ellas le sirvieron para componer otras

Cubillo de Ojeda

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Hemos dejado atrás los frondosos bosques y llegamos a este lugar de laderas suaves, terreno propicio para el cultivo y los pastos. En pocos kilómetros, cambiamos la piedra y la madera por el barro y el ladrillo.   En el Becerro de los Beneficios, se localiza como Cobiello donde ya se nombra su iglesia de San Pedro. En el Becerro de las Behetrías lo citan como "Cubiello de Caderamo", nombre de la sierra cercana por el que también fue conocido el pueblo en otro tiempo. En la toponimía mayor del Valle de la Ojeda, el investigador palentino Gordaliza, explica que Cobiello procede del latín medieval cova, derivado a su vez del latín clásico cavez=caverna, cueva. Se sabe que durante la Edad Media perteneció a la Merindad Menor de Monzón, sometido entonces al vasallaje del Abad del Monasterio de San Andrés de Arroyo. Recorriendo sus calles nos encontramos con un arco de piedra, antigua entrada de una casona, con su escudo primitivo. El lavadero se encuentra al aire libre y

Agravios y desmentidos del pasado

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El día 8 de Agosto de 1929, Frutos Martínez, corresponsal del "Día de Palencia", desmiente lo que otro entusiasmado cronista ha contado de Alba de los Cardaños, con motivo de la fiesta que tuvo lugar el 24 de Julio de aquel año. Se menciona allí una cofradía de 400 miembros, cuando en realidad sólo tiene 204, que ya es una cantidad significativa que nos lleva a imaginar aquellos lugares hoy casi despoblados en su punto más álgido. No es verdad, señala el corresponsal, que se ofrecieran novillos al Santo, ni gallinas, a excepción de seis corderos. Por aquellos mismos años, el redactor del "Diario Día" adelanta una noticia que será un bálsamo para este lado de la montaña. El diputado por el distrito de Cervera de Pisuerga, Ramón Álvarez Mon y Basanta, aunque natural de Mondoñedo (Lugo), abogado de profesión, obtiene en la legislatura de 1918 a la que se presenta por el partido romanonista, 4423 votos y media de forma resolutiva para que se cree el servicio de co

La Casona de El Campo

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Hubo en el pueblo de El Campo una casona o casa solariega construida en el siglo XVIII, cuyo propietario a mediados de esta centuria era Santiago Gómez Inguanzo, miembro de una influyente familia perniana, de la que en tiempos ya más recientes otro miembro, Ángel Gómez Inguanzo, fue diputado a Cortes y también presidente de la Diputación de Palencia en 1911-1913, llevando su nombre una plaza de Cervera de Pisuerga. Por Valentín Ruesga En 1758 Santiago Gómez Inguanzo vendió la casona y otras heredades en El Campo a Domingo de Rábago Gutiérrez, natural de Lombraña, Polaciones, y futuro conde de Rábago, por una suma total de 243.600 reales, según consta en documentos de la Real Chancillería de Valladolid. La casona, además del edificio principal, tenía como anexos una capilla dedicada a San Antonio y varias caballerizas y corrales, construidas estas edificaciones rodeando una explanada o plaza abierta por el lado sur. Domingo de Rábago había emigrado a México hacia el año 1748, r

Cubillo de Castrejón

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Por la toponimia, nos encontraríamos en "la pequeña cueva de Castrejón". Se encuentra en la zona de "Los pueblos del camino olvidado", un camino que, con 637 kilómetros, se iniciaba históricamente en Bilbao para terminar en Villafranca del Bierzo. De ahí llegaban a Santiago de Compostela en apenas una semana de ruta francesa. Su iglesia de San Vicente, de una sola nave, es románica en origen, aunque de ese estilo sólo se conserve la espadaña. En los últimos años se han plantado árboles en la zona del lavadero, en la Plaza de San Vicente y en la salida de la localidad. En Cubillo se ha venido celebrando con regularidad la fiesta de la Cruz de Mayo, fiesta habitual en el calendario religioso que, aunque se ha perdido en muchos pueblos del contorno, se ha consolidado en Cubillo como la fiesta principal. CUADERNO DE ANOTACIONES Municipio: Castrejón de la Peña Habitantes: 13 (2014) Distancias: 2,6 Kms a Castrejón de la Peña 10,7 Kms. a Cervera de Pisuerga

Todo para mañana

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Luis Antonio Sáez y Vicente Pinilla, profesores titulares de la universidad de Zaragoza, encabezan un ensayo que me llega a través de Dialnet y que trata sobre las políticas ante la despoblación en el medio rural. Una de las razones fundamentales, en la que ya nos hemos detenido nosotros muchas veces, es la calidad de vida que viene relacionada con la dotación de bienes y servicios. Si es verdad que, algunos, al jubilarse, vuelven a su lugar de nacimiento, pero sabemos que lo que contribuiría a detener esa sangría migratoria, sería la vuelta de los jóvenes, siempre que se dieran unas circunstancias que ayudasen a generar confianza. Cerveruela, en la comarca del Campo de Daroca, dio un respingo que asombró a todos, cuando sonaba ya la despoblación completa. De dos personas que vivían en los años 90, a los 33 que hay censados en la actualidad. 53 municipios de Aragón se encuentran en situación terminal, una  radiografía en la que me fijo para encontrar una similitud bastante aprox

Cozuelos de Ojeda

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Angel Becerril, en el fragmento con el botijo a la fuente, nos abre la puerta de este pueblo por el norte donde se localizan el Vallejo, Fuentecañón y la Mangadilla, tres pequeños valles en cuya confluencia hay una fuente de agua. Su nombre puede estar relacionado con la Abadía de Santa Eufemia. Una bula papal fechada en 1109 confirmaría al obispo de Burgos como poseedor del "Monasterio de Cuzolo". Miguel A. Ortiz Nozal y Roberto Gordaliza localizan su nombre en varios documentos, donde se le cita como Kaozolos, aunque estiman que puede tratarse de un nombre prerromano: Ike-ao-zulo, "el hoyo de la cuesta", que coincidiría con la forma ondulada del terreno. Madoz, en 1854, menciona su Fuente Redonda y la industria de la arriería. Su iglesia de la Asunción (XVII), donde destaca su excelente torre y en cuyo interior encontramos un retablo rococó atribuido a la escuela de Francisco Giralte. En los libros de Fábrica de la Parroquia, depositados en el Archivo Dio

Despoblarse de alma y cuerpo

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Personalmente, suelo argüir en esto, como en tantas otras cosas, que respondemos tarde, que vamos cada uno por un sitio para exponer lo mismo, y que hay mucha confusión en cuanto a dirimir responsabilidades. ¿Quién es culpable de la despoblación? ¿Hay culpables? Asunto complejo porque ahora la tendencia es, en la mayor parte de los casos, dejar los pueblos, buscar el ruido y la prisa de las ciudades, porque el trabajo no brilla en ningún sitio en un sector servicios saturado. Es como luchar contra esa voz interior que te pide silencio, que te pide sosiego, cayendo en el agobio de una ciudad donde supuestamente se aflojarán todos los miedos, cuando es posible que comiences a experimentar de otro modo todo aquello de lo que huyes. La realidad es aplastante, si nos detenemos en los rincones de España que más lo sufren. Casi el 25% de los pueblos de Aragón cuentan ya con menos de 100 habitantes. Los medios, ahora más que antes, se fijan en Soria y en Teruel. La senadora socialista P

Glorias pasadas

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Lo triste es que nos hemos resignado a hablar en pasado y que hemos dejado que el tiempo teja una maraña de silencio y olvido alrededor de esta tierra nuestra que espera y desespera. Quedan vestigios de gloria, de una nobleza ya del todo olvidada si no fuese por el empeño y el amor al pasado de nuestra gente, que se niega a arrancar las piedras para deshacerse del ya lejano esplendor. Nuestros pueblos casi deshabitados fueron un día cuna y hogar de apellidos que merecieron honra y reconocimiento. Ahora sus escudos nobiliarios llenos de gules, torres, leones, flores de lis, armas y calderos contemplan el paso del tiempo sin más memoria que unos apellidos y una fecha. Cualquier tiempo pasado fue mejor. Imagen: escudo nobiliario en la fachada de una casa de Santa María de los Redondo ( siglo XVI).  ©  Margarita Marcos ©  Gemma Marcos Esta sección se muestra también en pinterest Sección de orígenes © A dos bandas.