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Hablar y entenderse

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Urtzi Ihitza Sainz, ha traducido al euskera un libro escrito por Roberto, un miembro del grupo de folk cántabro “Luétiga”, donde recuerda la lengua de sus antepasados, la que se hablaba en las zonas de montaña y de la que aún quedan muchas reminiscencias. "¿Por qué siempi mos dijerin qu’estaba mal decío icir tasugu, cagiga, corvatu?, que tuvía qu’icise tejón, roble, cuervo; pos el maestru dende endenates de ser rapacis mos icía: “dejai de parlar asina, vusotros con esi mou parlar no allegáis de dengún lau. Parlar montañes aunque juá la nuestra verdaera lengua no era de presonas sino de tochos y probes”. ESTE ARTÍCULO FORMA PARTE DEL LIBRO VER DOS VECES LAS COSAS FROILÁN DE LÓZAR, SEPTIEMBRE DE 2020 LECTURAS EN EL BLOG +DE 180

Prohibido morirse

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Vuelvo al periódico. A mi director ya no le pillan por sorpresa mis constantes devaneos y yo creo que me hace un hueco en estas páginas por compasión más que por clase. Lo cierto es que vivo impresionado por todo. Cada día más. Y a ello contribuyen las informaciones que llegan desde todos los puntos. Historias terribles de hambrunas que reviven, de guerras que se avecinan, de venganzas, de abusos y mentiras. Puede que me esté anticipando a nada. El fin de siglo es un invento nuestro que no va a detener el calendario, pero estoy tremendamente impresionado por los cambios que nos auguran expertos e ingenieros de la informática. El caos que todos esos especialistas nos anuncian es preocupante, porque en mayor o menor medida nos afectará a todos: los ordenadores nos enviarán a 1900 y el microondas y la lavadora pueden negarse a obedecer. Leo y transcribo un párrafo cogido al azar de una publicación semanal y facilitado por ibermática: “Tarjetas de crédito caducadas, llamadas de teléfo

La margarita de Bonillo

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Finalmente, la Central de Biomasa tampoco se trasladó a Velilla. Si queríamos un ejemplo de tenacidad y constancia que nos devolviera la confianza en nosotros mismos y más allá de los resultados que los promotores pretendieran, bien evidente lo tenemos en la Coordinadora que durante años se ha venido oponiendo a la Central de Biomasa de Salinas de Pisuerga. Si algún día se demuestra que la historia no es viable, quienes se opusieron a su enclave en Salinas se opondrán también, es de prever, a su traslado a Velilla del Río Carrión. Pero yo me pregunto, como se" preguntarán los lectores, ¿Quién tiene la última palabra?, ¿Quién impide que la Central se ponga en marcha? Porque a estas alturas no vamos a creernos que una pequeña Coordinadora, contraria a los proyectos de Abengoa, loable en muchos aspectos de su lucha; criticable en algunos, como la agresión a Jambrina en Aguilar, sea la causante de este cambio de estrategia. Félix Bonillo tiene en sus manos la margarita y,

Escapada

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El número 13 de la revista “Escapada” dedica su portada y diez páginas interiores a la montaña palentina. A la parte central de nuestra montaña. No es la primera vez que quiere reflejarse nuestra historia en los medios de comunicación. En esta ocasión, la joven revista que se edita en Madrid, fija sus ojos en las altas tierras de Pernía, donde duerme desconocida por la inmensa mayoría esta tierra de Condes. Quizá lo que más sorprenda sea el olvido reiterativo de las villas que nos respaldan: Barruelo, Brañosera, Aguilar y Guardo, una alusión muy efímera de “Fuentes Carrionas”, y fotografías de Saldaña, tierra rica también en manifestaciones artísticas, pero lejos de nuestro reducto, con menos motivación que todas esas villas que respiran el mismo aire y cuyas puertas nos invitan a disfrutar de una sensación nueva, de un reducto natural –como señala el redactor del citado medio– “prácticamente desconocido”. Es verdad que en los últimos años nuestra montaña ha sido testigo de much

Cabrillo Gallón

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En un viaje reciente desde San Sebastián a San Salvador, he meditado en la necesidad de renovar el canto a la tierra, para que también los ciegos y los sordos sepan que, entre el mar del Cantábrico y la llanura castellana se sitúa la montaña palentina, que no sólo me ofende la torpeza y el desequilibrio de ese tal “Cabrillo Gallón” de hace unos días, al ignorar Palencia entera, sino también al soslayar con tal atrevimiento la grandeza de estas comarcas, su noble espíritu, la rica mezcolanza de sus ritos, el fuero de sus antepasados, el primer Ayuntamiento de España y, en fin, valles y montañas donde la naturaleza depositó sus mejores artes. A intervalos llega del mar la brisa. Seguimos adelante, entre costa y montaña, divisando a lo lejos, espaciados entre sí, múltiples caseríos. Al llegar a Ermua se escapa un suspiro, pero no merma la belleza. Al contrario, es la tierra la que te llama más allá del dolor por sus muertos, en el caso del País Vasco; más allá del silencio que la manti