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Como en Marinaleda

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Quisiéramos aquí, disponer de una voz como en Marinaleda, para luchar como lucharon ellos, para unirse a los que tenían menos, a quienes -como dijo el mentor- hasta les habían robado la palabra. Era necesario instaurar un poder contra el poder, un pódium para que remontase la voz hasta aquellos que gobernaban en los sitios más altos.   Siempre se ha dicho, y así lo creo también, que un alcalde, cualquier alcalde, tiene mucho poder. Y ha de saber canalizarlo como ellos hicieron, enfrentándose si era preciso a los otros poderes, "porque el poder no es neutro", una lucha en su caso, contra el inmenso poder de la burguesía representada por el Estado, por los grandes terratenientes o la Unión Europea. En una tesitura similar se encuentra, digamos, la Asociación Pro-Hospital comarcal de Guardo que, conociendo ya los entresijos del poder, después de abandonarse a las promesas de Presidentes y Procuradores, le ha echado un pulso a la Casa Real para que medie. Sandra

La Tresabuela de Rávago

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Hay una copla popular de esas que crean sentencia. En boca de Cossío se torna en cualidad aquello que algún cantor anónimo pretendía como agravio. De Polaciones no fíes aunque te den la palabra, porque engañaron al lobo en el corral de Lombraña. En 1685 nace en Tresabuela, "caserío tendido en una cañada de Peñalabra", al decir de José María de Cossío, Francisco de Rávago Herrán, cuyo padre llevaba, además, los ilustres apellidos de Rubín de Celis, Duque de Estrada, Manrique de Guevara y Pimentel. Estudió en Valladolid y Salamanca y llegó a impartir filosofía y teología en ambas ciudades, también en La Sorbona y en Roma, ciudad esta última donde escribió sus obras filosóficas que, a excepción de "Christus hospes", también conocida como "Federicus a Granvosca", permanecieron inéditas en el archivo que los Rávago atesoran en el Casar de Periedo. (Periedo aparecía en el Becerro de las Behetrías, como una de las ocho aldeas que formaban el distrito

El hogar del románico

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Si es extraordinaria la labor que viene desarrollando la Fundación de Santa María la Real en el entorno de Aguilar, loable es así mismo la promoción que ha ido alcanzando en el resto de la Península; primero en nuestra Comunidad, de la mano de "Caja Duero" y ya de último su inmersión en el románico riojano. ESTE ARTÍCULO FORMA PARTE DEL LIBRO VER DOS VECES LAS COSAS FROILÁN DE LÓZAR, SEPTIEMBRE DE 2020 LECTURAS EN EL BLOG +DE 1770

La viborera de Piedrasluengas

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Es posible que los años y el devenir de los acontecimientos, vayan inmunizándote a muchas expresiones que ahora se advierten en esos conservacionistas de ciudad, que vienen de paseo y, ya de paso, quieren imponer a toda costa un orden y un modelo de vida animal o florístico. Ellos no cambian su canción, siguen obsesionados con "sus" osos y "sus" plantas. Viene esto a colación porque en lo últimos meses ha tomado mucha resonancia el nombre de la viborera azul de Piedrasluengas. Esta planta vivaz, de hasta 40 cms de altura, conocida también como "Echium cantábricum", florece en Junio y Julio. Alejandro Diez Riol hace una descripción completa de la misma: "Raiz fuerte, roseta basal de hojas grandes lanceoladas y nervios muy visibles en el envés; flores azules o violáceas, con estambres y pistilos muy sobresalientes". Lo cierto es que esta planta, que se encuentra en la ladera que lleva desde la Venta del Horquero a Peñalabra, está incluida en e

Por fuentes y valles

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Es verdad que, en lo que pudiéramos denominar el aspecto físico, hemos sido dotados de una riqueza incalculable. A ello quiero referirme en las tres próximas entregas, ahondado así en las informaciones que sobre la zona se han ido generando. Porque la insistencia es la base del conocimiento, sobre todo, en nuestro caso: pueblos pequeños, pueblos lejanos, pueblos agonizando... Sorprende, sobre todo, el caso de Los Llazos, donde una casa abierta se asoma a un valle inmenso. Es una especie de lucha contra todo, porque todo está en contra, porque todos están al otro lado, mientras van asistiendo al deterioro que hace mella sobre el entorno. Belleza, soledad, silencio y miedo. Miedo a pensar cuando llega la noche y sopla el viento y el invierno se mete por todos los resquicios. Es el mismo invierno contra el que todos protestan en Madrid, pero tú también eres invierno para ellos, prisionero de una decisión firme, como era la de vivir tu vida aquí, en estas condiciones, a riesgo de no