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Acampar en Ruesga

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Lo que te desalienta y te descorazona es la forma sutil de lavarse las manos que tiene la mayoría. Que tenemos a veces todos. Estamos intentando mover un carro de piedras por la cuesta de la grave crisis que nos zarandea sin uncir "la cuarta", que era la pareja de refresco que ayudaba a subir las grandes cuestas o a mover el arado por malas tierras. En este símil, la cuarta es la que nos hace falta, para que cambie el ritmo y se abra alguna puerta. Luego hay actuaciones de los alcaldes y de los pueblos que no entiendes. Solicitan ayudas para que el turismo rural siga afianzándose. Llega el verano y un pueblo turístico como Ruesga, por desarreglos entre la pedanía y el Ayuntamiento de Cervera al que pertenecen, sigue cerrado. La zona en cuestión, que llega a albergar durante los meses estivales en torno a cuatrocientas personas y se calculaba en torno a diez mil los que la visitaban, ya presentaba antes de su cierre problemas de gestión y de limpieza. Es decir, que

Ajuntamientos

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A ese asunto sobre la pobreza que amenaza con ocuparlo todo y que les sirve a los políticos para atrincherar a la población y sujetarla, hay que añadir ahora la necesidad de agrupar municipios. Es decir, suprimir ayuntamientos, anexionarlos a otros cercanos donde puedan encontrar remedio los alcaldes, que no las gentes, porque "el poder del pueblo es una panacea". Pero la ineficacia o el olvido hacia quienes se anexionaron con anterioridad lo tenemos como ejemplo en una pregunta que a primeros de este mes se hace en su blog el Grupo Independiente de Cervera: ¿Cómo, siendo alcalde de Cervera de Pisuerga, desconoce que el puente de Vañes tiene cerrado el acceso a los peatones porque la pasarela está estropeada? El acceso al que se refieren afecta a varias juntas vecinales de La Castillería, anexionadas a este ayuntamiento el pasado siglo. Otro ejemplo: el cambio experimentado en el pequeño pueblo de Verdeña lo consiguió su alcalde pedáneo, lo que pone de manifiesto que

Pobres y despoblados

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Si es verdad que hemos vivido la primera década del nuevo siglo tirando de dinero a troche y moche. Una fiebre consumista de la que nos contagiamos todos. Dinero que entraba a manos llenas en los ayuntamientos, subvenciones sin límite para reindustrializar las depauperadas cuencas mineras y darle aire a un medio rural a punto de extinguirse. Nuestros vecinos leoneses, cuenta Marco Romero en un interesante artículo, recibieron 7000 millones de euros en planes de choque. Se llevó la luz a poblaciones remotas de La Cabrera y se despilfarró el dinero en obras faraónicas que no benefician a nadie, o se habilitaron ambulatorios -como ocurrió en muchos pueblos de nuestra montaña- que nunca llegaron a utilizarse. Ni se ponía remedio a la endemia rural, ni se les acercaba con mejores infraestructuras a puntos más poblados, que disponían de medios, aunque también con muchas limitaciones y engaños, como el ejemplo tan sonado del hospital que se prometía para Cervera de Pisuerga, cuando lo ún

La hoja en blanco

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A todos los seguidores y amigos de este blog Llevo varios días dándole vueltas a esta hoja en blanco. Buscando un tema relacionado con la montaña, que es el planteamiento que me hice para este año: exponer aquí historias cercanas, sencillas, esas que nos atrapan a quienes amamos esta tierra. Internet nos tiende la mano para conocer a otras personas. Rosario Yukatán, se siente atraída por la foto de Brañosera que he subido a mi página de Facebook y me dice: "Muy buena la página que habéis abierto, sólo una salvedad: Valberzoso también existe". Se inicia allí una amistad a la que le sigue un envío con la imagen y la lectura de un viejo roble, conocido en aquel término como "El Escurridero". Debe ese curioso nombre porque en aquel lugar, no hace muchos años, se "escurrían" las vecerías, que viene a significar que se entregaban allí los ganados al pastor o al vecino que le tocase conforme a la costumbre. Por este medio, asimismo, trabo amistad con Chem

Leyendas del presente

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Mi mayor fortuna ha sido nacer en un pequeño pueblo del norte de Palencia. Allí tomé las primeras instrucciones para la vida. Tanto me marcaron los caminos y las gentes que hay una especie de atracción permanente que me devuelve a ellos, un hilo conductor que hace que permanezca en la montaña aunque esté lejos y una nostalgia que me invade ahora mismo cuando se cita Piedrasluengas como puerto cerrado. No voy a negar que era la vida de otra forma; más humana, por lo que vamos descubriendo ahora, donde los vecinos entregaban lo poco que tenían y donde se ayudaba a los demás sin poner en el acto ninguna otra intención que no fuera saberse solidario y compartido. Si alguien tuviera la paciencia de ir anotando día tras día todas las incidencias, si alguien pudiera ver con nitidez a través del ojo del pasado, puede que hoy tuviéramos suficientes motivos para reflexionar, porque parece que las historias se han vuelto contra el hombre. En Lores existe una hermosa leyenda. Alguien corrió l