El románico erótico (y III)
Jaime Nuño, uno de los historiadores que más ha ahondado en este apartado, explica que para interpretarlo correctamente es necesario conocer los doctrinarios eclesiásticos de la Edad Media. Quiero aclarar que yo lo he pensado y lo he visto escrito después, a medida que me adentraba en textos de historiadores y blogueros. ¿Se tomaron la licencia los propios canteros, para exponer el erotismo en el mismo lugar donde se castigaba el sexo con el infierno? Nuño, director del Centro de Estudios del Románico, hace alusión en una entrevista a Risus Paschalis, una costumbre que se mantuvo en Alemania hasta el siglo XVIII, y donde un clérigo, borracho de alegría por el hecho de la Resurrección, se masturbaba delante de los fieles, lo que provocaba, como en todas las épocas de la historia, el rechazo de unos y el beneplácito de otros. Tal vez, como ocurre hoy mismo en todos los órdenes de la vida, aquella que para unos era prohibitivo y escandaloso, era moneda corriente para otros. Los cante