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Nada por lo que felicitarnos

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Llegado este momento, toca desmadejarse un poco. Como ateneísta se impone felicitarse porque, uno ha visto parcialmente hecho realidad el sueño de unir corazones que potencien y agiten la vida cultural de Palencia, que remuevan conciencias, que susciten ideas, que nos sorprendan de vez en cuando con la palabra de un autor, de un cantautor, de un artista. Pero no se fien, no piense nadie que remover o agitar conciencias es un lema cualquiera y ya está todo hecho. Por idéntica ilusión pasé con la fundación de Fuente Cobre a primeros de este siglo. Y alcanzamos los 300 socios en la montaña, un record de milagro en un lugar tan lejano, de todas las manos olvidado. Por un lado, me gustaría poner punto final a esta Madeja. Lo medito, lo doy vueltas. O me arrastra el entusiasmo, o me descoloca la apatía, que ambos luchan por imponer su criterio a estas alturas de la vida.  El entusiasmo porque te siguen rondando ideas en la cabeza, como para no descansar nunca y, la apatía, que se cuela

Mi vida en otras vidas

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No sé en qué medida, la vida de uno interesa a los demás. Acaso interesa en una proporción justa, conforme te interese a ti la suya, porque todos tenemos vida, todos sufrimos golpes y quebrantos del destino y quienes se presentan ante los demás como mecenas, a veces se sorprenden de la humanidad que impera en mucha gente, a pesar de esas cifras que ahora nos consideran fríos, solitarios, despreocupados del quebranto que sufren tantas personas en el mundo. Sé que he vivido en otros mundos, en otras épocas, atrapado o gozando de otro cuerpo. No es que lo sepa porque alguien me lo haya dicho. Estimó que ustedes también vienen de otros momentos como yo. Por eso, en alguna ocasión, parece normal que nos detengamos a pensar en qué lugar hemos visto antes ese rostro, de qué nos suena tanto. Y deducir, finalmente, que a ese y a otros muchos con los que nos hemos cruzado los conocemos porque hemos coincidido con ellos en otras vidas. Con esta idea trataba de meterme en la piel del p

Olleros de Paredes Rubias

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Don Alonso el Sabio, a su paso por Aguilar en 1255, para evitar los perjuicios que acarreaba la pertenencia en parte de la villa a tantas Órdenes y Señoríos, mandó que hubiese dos Alcaldes y un Merino, cuyo nombramiento se reservó para él y sus sucesores en la corona; así mismo, dispuso que todo fuese suyo, comprando o cambiando por otras cosas los lugares, a los que agregó su nieto Don Sancho, Olleros de Paredes Rubias, el 20 de febrero de 1313. Posiblemente, el topónimo de Olleros haga referencia a los yacimientos de la piedra ollar para tallar vasijas. En este pueblo de aire medieval, asentado en una colina de las laderas del Páramo de la Lora, se encuentra una casa con escudo y humilladero y un hermoso Roble, denominado "El Cornal", de cinco metros de perímetro. Su iglesia está dedicada a San Juan Bautista. En la Edad Media contó con un convento de religiosas y un seminario, dependiente del arzobispado de Burgos. En la Casa del Conde, la antigua morada del Conde d

Custodios de nuestra historia

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El pasado mes de junio, mi amiga Margarita Marcos que, a la mínima ocasión se escapa a la montaña desde la capital, consiguió emocionarme con un texto que dio la vuelta a Irlanda. Allí se preguntaba ¿qué será de los custodios de nuestro románico rural cuando pase el tiempo? ¿Quién ocupará su lugar, meramente testimonial, en los meses de verano? Por esas cosas de lo mágico, aquella dedicatoria suya ha cruzado fronteras, ha llegado hasta Irlanda, donde un profesor que accede al artículo por indicación de una compañera, entraba en contacto hace unos meses con mi colaboradora y amiga para incluirlo en un temario sobre el Románico que estaban elaborando. Y la propuesta es venir en febrero para hacer un recorrido por el rico y abundante románico de nuestra montaña palentina. Margarita no se refiere a las fundaciones, monasterios y conventos. Margarita habla de nuestras raíces, de nuestros orígenes, de la pequeña historia de cada uno, de ese dios de las pequeñas cosas que se refleja en

Nestar

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En el Becerro de las Behetrías (siglo XIV) figura como Enestar o Inestar, por lo que apoyándonos en la toponimia, el significado de su nombre sería: “el lugar situado entre retanas”. En el siglo XIII se menciona su iglesia como “Monasterio Sancti Salvatori de Inestar de Campo”. En 1874, Ricardo García Bengoa en el libro titulado “El libro de Palencia”, cuenta que Nestar tiene 24 casas y 710 habitantes. Por la villa de Nestar discurre el Viejo Camino de Santiago. Los peregrinos jacobeos -al decir de alguno de los autores que han abundado en esta investigación-, seguían esta ruta al considerarla más segura, evitando así el acoso sarraceno que cundía por la Meseta. Este camino, en proceso de recuperación, está comprendido por 18 etapas desde Bilbao a Columbrianos, en el Bierzo leonés, donde enlaza con el Camino Francés. Sobre el río Rubagón luce espléndido todavía el "puente perdiz". Se trata de un puente de 5 ojos y 32 metros, con más de 2000 años de antigüedad que unía