Entradas

Parada en Perazancas

Imagen
Cuando pasan los años y miras de soslayo hacia el pasado, siempre se te abre una puerta para poner en orden tantos pasos como diste, sin fijarte de verdad en la importancia de aquellas pequeñas cosas que estaban en tu entorno retenidas, encerradas, desprotegidas. Palencia es un gran museo al aire libre, como titula una página de Facebook mi amigo Eduardo. Y mi querida amiga Margarita, que sabe vibrar con las pequeñas cosas, me lleva la tarde de un domingo cercano a Perazancas, una de las 27 localidades que le dan nombre a La Ojeda, ese territorio de transición entre Tierra de Campos y la Cordillera Cantábrica. Un pueblo que en el siglo XVIII contaba con 17 tejedores de lienzos y 11 cardadores de lana, capítulos que junto a otros de su cultura tradicional han sido recuperados en el Museo Etnográfico situado en las antiguas escuelas. Pues resulta que, estando retenidos ahí en su belleza y en el tiempo, siempre he pasado de largo ante una de las joyas del Románico Norte, uno de lo

Valsadornín

Imagen
No encontramos en el “Valle de Sadurnín” o “Saturnino”, que así lo explica la toponimia de su nombre.  A la entrada del pueblo llama la atención una casona, cuya autoría algunos autores atribuyen a la misma mano que construyó otra de similares características en Celada de Roblecedo. Por las inscripciones que aparecen en esta última, su construcción se data en algún momento del siglo XVII. La iglesia de San Saturnino fue obra románica, aunque de ese periodo sólo se conserva la espadaña. En 1937 los hermanos Eusebia y Tomás Roldán encuentran un tesoro entre Valsadornín y Gramedo. Leyenda que tomó vida en la mano de María Valentina Calleja, y sobre la que realizó un estudio publicado en el núm. 42 de la Institución Tello Téllez de Meneses. El Tesoro, que llega al Museo Arqueológico de Palencia en 1951, considerablemente diezmado, después de haber pasado por muchos sitios, se componía de una vasija en mal estado de conservación que contenía un gran número de monedas (la autora estimó

Carretera olvidada

Imagen
No crean ustedes que volverán la vista, que pondrán el remedio, que adecentarán esta carretera que comunica con Cantabria. No crean ustedes que pasarán vergüenza de mantenerla así otros cien años. No crean ustedes nada. A quienes nos gobiernan en esta comunidad, en esta provincia, en esta comarca, no les importa que sus homónimos en la comunidad vecina hagan los deberes en el tramo de carretera que comunica con la nuestra. Por norma general, es la inercia equivocada que nos lleva, nos fijamos siempre en los alcaldes que no intervienen para que se arregle, en lo que no hacen los demás. ¿Y por qué lo tengo que hacer yo, cuando tanta gente pasa a diario por esa carretera? Hace unos días, los responsables de la comunidad vecina presentaban el proyecto que mejorará la comunicación entre las comarcas del Besaya y del Pas, la Autovía de la Meseta o la red ferroviaria y la carretera a Burgos. Cinco millones de euros para la primera fase de mejora de esa carretera, seis kilómetros entre

Valoria de Aguilar

Imagen
Figura en el Becerro de las Behetrías como “Valloria Çerca de Agilar” y por la toponimia puede deducirse su significado: "el lugar situado en el valle dorado, riqueza que parece evidenciarse por algunas casas hidalgas que todavía se conservan en el pueblo. A mediados del siglo XIX se anexiona al municipio de Lomilla junto con Olleros de Pisuerga. Es una de las localidades del Camino de Santiago del Norte: Ruta del Besaya. Aunque su iglesia sólo conserva de románico la espadaña, recientemente se ha restaurado su cruz de plata, que data del siglo XVII, con un importante valor artístico y patrimonial. La cruz fue realizada por el gran orfebre palentino Miguel Azao y responde a los cánones del Concilio de Trento. Romualdo Moro extrajo en este lugar inscripciones y restos que formaron parte de la muralla de Monte Cildá. (24) En 1989, se localiza en Valoria una nueva estela, cuya inscripción presenta una fecha nueve años más moderna que la anterior. (25) CUADERNO DE ANOTACIONES

esMontañas

Imagen
Es posible que ese vaivén de propuestas con el que nos zarandean los medios de comunicación cada cierto tiempo, sea una manera de motivarnos: a un servidor para que escriba algo y al resto para decirles que quienes nos gobiernan no dejan de pensar en nosotros; que nos comprenden, que trabajan con ahínco para que los pueblos no se queden vacíos; que ahora sí, ahora esMontañas viene con un valioso repertorio de propuestas. Y será verdad, oiga. ¿Para qué vamos a negarlo? Lo suyo es hacer propuestas que perezcan para que luego vengan más. Propuestas que impresionen, para que a los pardillos que vivimos obsesionados con el mundo rural, nos sirva de alimento. Muchas propuestas, un mar de propuestas con una cuidada presentación. Pero como lo han hecho tantas veces, ya no dejamos que escape una lágrima de emoción por esas renovadas promesas, porque de sobra sabemos que somos abanderados de un asunto que no tiene solución. Quienes programan cosas para equilibrar la superpoblación urbana c