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¿Treviño?¿Trebiño?

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A 90 kilómetros de Burgos y a 15 de Vitoria, se encuentra el Condado de Treviño. Hace ya muchos años que se viene hablando de una solución justa que acerque a los 1100 habitantes de este enclave, no sólo social, sino también administrativamente al País Vasco. A primeros de este año en el que estamos, por primera vez, se reunieron en Burgos representantes de los gobiernos Vasco y de Castilla y León, para tratar la problemática y llegar a un acuerdo. Ya en 1994, se dieron cita en Puebla de Arganzón unas 8000 personas para celebrar el Trebiño Eguna, fiesta que según los organizadores y participantes sirve para reivindicar la integración del Condado de Treviño en Alava, y a la que asisten varios políticos, entre ellos el entonces vicelehendakari Fernando Buesa. Es curioso observar cómo cambia el pensamiento de la gente en el transcurso de tres días. El día 5 de Enero, Vicente Orden Vigara manifiesta con estas palabras su disgusto: “Hablar del referéndum o anexión al País Vasco son p

Donde nos lleve la palabra

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Ahora que estoy aquí, y que me siento bien por estar con ustedes. Ahora que aquí me siento vivo, aprovecho para felicitar el nuevo siglo a este diario. Aprovecho la ocasión para felicitar a quienes confiaron en él, a quienes le botaron, a quienes le dirigieron, a quienes día tras día le dieron vida en el taller. Aprovecho el momento para congratularme con este vehículo que nos acerca, que nos comunica, que se llena de color y de nuevas historias pensando en Palencia y su provincia; ahora y aquí, para que no se rompa esa trayectoria de fidelidad y de compromiso hacia esta tierra. Yo nací con él. Y nací con Antonio Álamo Salazar. Y crecí con la “Solana palentina” de Gonzalo Ortega Aragón, que mi padre leyó y resumió de tarde en tarde a toda la familia. “Cómo escribe este tío” –me dice hoy, cuando nos vemos. Yo nací con Félix Buisán Cítores, maestro y periodista, a quien conocí personalmente en Cervera de Pisuerga, formando parte como jurado del Festival de Canciones y Bailes

La paz de los niños

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Han hablado los niños. Los responsables de Unicef en el País Vasco habilitaron unas urnas en cada municipio para que votasen los escolares. El resultado de la encuesta que se realizó a finales de Noviembre, se llevará al Parlamento Vasco para que, –según declaró Consuelo Crespo, responsable de esta Asociación en Euskadi–, “cuando se tomen decisiones que afecten a los niños, se tenga en cuenta su opinión”. Un equipo de sociólogos de la Universidad de Deusto y la misma representante de esta Asociación se defiende de quienes critican semejante inversión aquí, con una serie de argumentos entre los que resalto uno: “Si no les educamos desde pequeños en la solidaridad nunca podremos cambiar los problemas que tiene los países del Sur”. Es sabido que nosotros, los mayores, le sacamos la punta a todo. Merece la pena felicitarse por unos resultados que de momento, pese a la buena intención de los promotores, no van a alcanzar una respuesta práctica. Y vuelve a sorprendernos la opinión

La causa

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Durante años, es verdad, se nos hizo creer que la pobreza venía de otros continentes. En la escuela, el maestro nos repartía unos sobres para que nuestros padres aportasen dinero para la causa aquella que nunca tenía fin. Antes, el efecto duraba una semana. Ahora mismo, aquella causa se ha extendido tanto que, cuando menos lo esperas, alguien te sacude con un bote pintado y te coloca una pegatina en el pecho, bien para que no vuelvan a importunarte más durante el día, bien para que, quienes no la llevan y se encuentran contigo, saquen sus céntimos del bolsillo para echarlos a uno de los botes con los que pueden tropezarse al doblar la primera esquina. De este modo, amén de los particulares que recurren a sus propias artimañas y rifas, se crearon Entidades e Instituciones que al menos una vez al año tienen su día de colecta: Domund, Cruz Roja, DYA...etc. Se ha personalizado tanto la pobreza en este fin de siglo que no es raro advertir a cualquier hora y en cualquier punto de la ciuda

La gran causa

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“¿Qué hace falta para ser feliz?” –se preguntaba el escritor francés André Maurois–. Y yo creo que mira hacia nosotros cuando se responde: “un poco de cielo azul encima de nuestras cabezas, un vientecillo tibio, la paz de espíritu”. Lo del cielo está sobradamente hablado y entendido. El viento no es suave, pero curte el rostro, despabila el sentido, impone ritmo al paso. Estamos en lo alto y aquí tenemos la impresión de que se cura todo con el viento y el humo. Y el espíritu es la esencia del hombre, lo que no se ve pero se memorizan nuestros actos, nuestros pensamientos. Puede que sea la tarjeta de memoria de las personas. A lo largo de la vida, que tampoco es tan larga, si a uno le ronda un poco la suerte y no le agobian los problemas, uno conoce a mucha gente. Pero, ¡cuánta gente maravillosa se queda en el camino!. Lo digo con todo el sentimiento, porque lamento no haber podido intimar más, conocer un poco mejor, cambiar impresiones con tantos grandes hombres y mujeres como pulula

La cumbre y el desarrollo

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Buenos Aires, 1998. I Se constata una vez más la degradación de los recursos naturales. En Río de Janeiro se hizo el mismo ejercicio el año anterior. En Viena, los grandes mandatarios, o los mandatarios de las megaciudades (20 ciudades con más de 8 millones de habitantes, 16 de las cuáles se localizan en países no desarrollados), se afrontó la conferencia de los derechos humanos. De la población se habló en El Cairo, de la pobreza en Copenhague y en Pekín se habló de la mujer. Estos días he viajado por Internet a la Argentina y he asistido al foro de Comunicación y ciudadanía que ALAI ha organizado. Allí estaba también Adolfo Pérez Esquivel, premio No bel de la Paz . El citado mensaje está planteado de cara a América Latina, pero sirve perfectamente para el mundo, porque, como bien señala el obispo Federico Pagura, la verdadera revolución de las comunicaciones están afectando profundamente la vida, el pensamiento, las convicciones de nuestros pueblos y, por consiguiente,

Pueblos vivos

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Meses atrás, con motivo de la boda de una prima, me encontré en Quintanilla de las Torres con gran parte de mi familia. Es gratificante volver a tu tierra y encontrarte con aquellos que compartieron contigo tantas historias. En todos los rostros quise adivinar la misma sensación, hasta en la poesía del cura del Cerrato que los casó. Al terminar la ceremonia, uno de los invitados, Apolinar, 97 años, primo más directo de la afortunada, se acercó a saludarme. Si a menudo sorprende la categoría humana de estas gentes, ayer protagonistas, volver a encontrarlos a los seis años con el mismo ímpetu y la misma memoria, es algo que impresiona. Poli nace en el pueblo perniano de “El Campo”, pasa en San Salvador sus primeros catorce años y, posteriormente se establece en Camporredondo, donde ya cambiaba género por patatas. De allí a Bárcena de Pie de Concha, en tierras Cántabras, donde pasa trece meses de la guerra al mando de un batallón de zapadores y, finalmente, su vida se asienta y adqui

Nicolás Castellanos o Kasinsi

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Ahora que ya ha pasado todo y ha sido reconocida y premiada la entrega de Nicolás Castellanos a los pobres de Santa Cruz de Bolivia, recuerdo la única entrevista que le hice en la Abadía de Lebanza, siendo todavía obispo de Palencia.  -“¿Para usted, qué es la vida?” –le preguntaba.  Y tratándose de una simple pregunta, la primera que nos haría cualquier niño, he aquí la respuesta que había de llevarle unos años más tarde hasta Bolivia: “Para mí, la vida es un don de Dios que nos la da para ser felices y para hacer felices a los demás. Personalmente, soy vitalista, y lo soy porque he entendido la vida como entrega a los otros. Esto, a pesar del sacrificio, me ha hecho muy feliz”.  El flamante Premio Príncipe de Asturias de la Concordia, leonés de nacimiento, palentino de corazón, vive metido –como su mentor San Agustín– en la regla básica de hacer amigos. Cuando ha consolidado su amistad, y considera que podrán valerse por ellos mismos, busca un nuevo destino, si cabe, más

Lamento final: un hospital

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Recuerdo de lo que pudo ser y no fue Desmenuzo la noticia en la novena planta del Hospital Río Carrión, donde la autora de mis días mantiene una batalla contra el Parkinson. Es una lucha sin cuartel. El cuerpo camina como una locomotora desgastada, brotan movimientos incontrolados que le llevan a adoptar las posturas más extrañas, como si estuviera a punto de desmembrarse; cuándo encogida, cuándo estirada hasta extremos sorprendentes; a ratos, bloqueada por completo, asombrando a propios y extraños, no sólo por los ademanes que la mueven de manera involuntaria, sino también, por la forma valiente y digna de encarar una enfermedad que vive pegada a su cuerpo desde hace ya veintidós años y que progresivamente ha ido avanzando. Son muchos días. Han sido muchas horas de sufrimiento y de preguntas que ella ha querido dejarnos como testimonio y de las que hablaré algún día largo y tendido. Vuelvo a sacar retazos de mi vida privada, perdóneme el lector. Ya sé que el sufrimien

Hablar y entenderse

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Urtzi Ihitza Sainz, ha traducido al euskera un libro escrito por Roberto, un miembro del grupo de folk cántabro “Luétiga”, donde recuerda la lengua de sus antepasados, la que se hablaba en las zonas de montaña y de la que aún quedan muchas reminiscencias. "¿Por qué siempi mos dijerin qu’estaba mal decío icir tasugu, cagiga, corvatu?, que tuvía qu’icise tejón, roble, cuervo; pos el maestru dende endenates de ser rapacis mos icía: “dejai de parlar asina, vusotros con esi mou parlar no allegáis de dengún lau. Parlar montañes aunque juá la nuestra verdaera lengua no era de presonas sino de tochos y probes”. ESTE ARTÍCULO FORMA PARTE DEL LIBRO VER DOS VECES LAS COSAS FROILÁN DE LÓZAR, SEPTIEMBRE DE 2020 LECTURAS EN EL BLOG +DE 180

Prohibido morirse

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Vuelvo al periódico. A mi director ya no le pillan por sorpresa mis constantes devaneos y yo creo que me hace un hueco en estas páginas por compasión más que por clase. Lo cierto es que vivo impresionado por todo. Cada día más. Y a ello contribuyen las informaciones que llegan desde todos los puntos. Historias terribles de hambrunas que reviven, de guerras que se avecinan, de venganzas, de abusos y mentiras. Puede que me esté anticipando a nada. El fin de siglo es un invento nuestro que no va a detener el calendario, pero estoy tremendamente impresionado por los cambios que nos auguran expertos e ingenieros de la informática. El caos que todos esos especialistas nos anuncian es preocupante, porque en mayor o menor medida nos afectará a todos: los ordenadores nos enviarán a 1900 y el microondas y la lavadora pueden negarse a obedecer. Leo y transcribo un párrafo cogido al azar de una publicación semanal y facilitado por ibermática: “Tarjetas de crédito caducadas, llamadas de teléfo

La margarita de Bonillo

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Finalmente, la Central de Biomasa tampoco se trasladó a Velilla. Si queríamos un ejemplo de tenacidad y constancia que nos devolviera la confianza en nosotros mismos y más allá de los resultados que los promotores pretendieran, bien evidente lo tenemos en la Coordinadora que durante años se ha venido oponiendo a la Central de Biomasa de Salinas de Pisuerga. Si algún día se demuestra que la historia no es viable, quienes se opusieron a su enclave en Salinas se opondrán también, es de prever, a su traslado a Velilla del Río Carrión. Pero yo me pregunto, como se" preguntarán los lectores, ¿Quién tiene la última palabra?, ¿Quién impide que la Central se ponga en marcha? Porque a estas alturas no vamos a creernos que una pequeña Coordinadora, contraria a los proyectos de Abengoa, loable en muchos aspectos de su lucha; criticable en algunos, como la agresión a Jambrina en Aguilar, sea la causante de este cambio de estrategia. Félix Bonillo tiene en sus manos la margarita y,

Escapada

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El número 13 de la revista “Escapada” dedica su portada y diez páginas interiores a la montaña palentina. A la parte central de nuestra montaña. No es la primera vez que quiere reflejarse nuestra historia en los medios de comunicación. En esta ocasión, la joven revista que se edita en Madrid, fija sus ojos en las altas tierras de Pernía, donde duerme desconocida por la inmensa mayoría esta tierra de Condes. Quizá lo que más sorprenda sea el olvido reiterativo de las villas que nos respaldan: Barruelo, Brañosera, Aguilar y Guardo, una alusión muy efímera de “Fuentes Carrionas”, y fotografías de Saldaña, tierra rica también en manifestaciones artísticas, pero lejos de nuestro reducto, con menos motivación que todas esas villas que respiran el mismo aire y cuyas puertas nos invitan a disfrutar de una sensación nueva, de un reducto natural –como señala el redactor del citado medio– “prácticamente desconocido”. Es verdad que en los últimos años nuestra montaña ha sido testigo de much

Cabrillo Gallón

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En un viaje reciente desde San Sebastián a San Salvador, he meditado en la necesidad de renovar el canto a la tierra, para que también los ciegos y los sordos sepan que, entre el mar del Cantábrico y la llanura castellana se sitúa la montaña palentina, que no sólo me ofende la torpeza y el desequilibrio de ese tal “Cabrillo Gallón” de hace unos días, al ignorar Palencia entera, sino también al soslayar con tal atrevimiento la grandeza de estas comarcas, su noble espíritu, la rica mezcolanza de sus ritos, el fuero de sus antepasados, el primer Ayuntamiento de España y, en fin, valles y montañas donde la naturaleza depositó sus mejores artes. A intervalos llega del mar la brisa. Seguimos adelante, entre costa y montaña, divisando a lo lejos, espaciados entre sí, múltiples caseríos. Al llegar a Ermua se escapa un suspiro, pero no merma la belleza. Al contrario, es la tierra la que te llama más allá del dolor por sus muertos, en el caso del País Vasco; más allá del silencio que la manti

Calderetas

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El gesto de llevar a la montaña un día de fiesta, no es bastante. Llega el verano y estalla humanidad por todos los rincones. El viejo rito de la caldereta de Cardaño, signo festivo en el calendario regional, o la paella de Olleros, suspendida este año –según los organizadores– por falta de apoyo, unidos a la celebración del “Día de la Provincia”, que ya disfrutaron Cervera, Aguilar, Barruelo y Brañosera, hace posible un hecho que todos, de alguna forma y en alguna ocasión, hemos vivido y aplaudido. Pero no es bastante. Muchos de los que viven aquí, siguen sin implicarse, resignados ante la agonía de muchos pueblos, como justificando la decisión de paralizar el proyecto de un hospital comarcal, o esperando en otros casos la lotería de una buena jubilación en la empresa minera. Nos ha costado muchos años plantarle cara a un futuro más digno y hoy casi todos dudan, dudamos, de la efectividad de esos gestos festivos, de la prolongación en el calendario de esos encuentros do

Vuelvo hacia el norte retomando el rastro de las viejas palabras

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No vives en el pueblo, mandan las historias, pero te llegan los periódicos y algo de lo que pasa te provoca para que tomes parte de vez en cuando en la vida que dejaste, ahora muy mermada, como gran parte de las cosas que ayer fueron noticia. Ahora todos hablan de "La Montaña Palentina", pero pocos la entienden y casi todos se repliegan y callan cuando desde las altas instancias regionales (cuatro o cinco individuos vestidos de un poder temporal) nos anuncian una serie de medidas que se pondrán en marcha para "preservar" -dicen- este espacio natural que han descubierto. Ahora los descubridores pretenden marcarnos con un hierro, señalarnos los caminos que debemos tomar, habilitarnos pistas para llegar a los lugares, siempre, eso sí, dejando retozar al oso pardo, que es la causa primera y fundamental para este nombramiento. Se sabe que los descubridores nunca dejaron buen sabor de boca allí donde clavaron la bandera. No conformes con visionarlo y saberse partí

Rueda Clemente

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Estoy en contra de la destitución de Clemente, pero no entiendo de futbol. Aunque escribo estas letras porque le han botado personas que tampoco entienden. Supuestamente, le han botado los comunicadores, quienes trabajan en los medios. Gentes que hablan y escriben mucho, que narran acontecimientos deportivos, pero que, en general, nunca han ocupado el puesto de entrenadores. Luego tampoco entienden ni valoran en su justa medida la marcha de alguien, la escapada exigida –según el tono de los narradores– casi a punta de pistola por un grupo de seguidores ansiosos de victoria. No sé en otros lugares, pero aquí tenemos asumido que el contrario es siempre peor. Que si gana el contrario somos malos; es decir, la victoria o el desmantelamiento. No queda alternativa. Es curioso: creemos resuelto el asunto botando a un individuo que no juega. Criticamos a Gil en su momento por el ininterrumpido baile de entrenadores, y ahora nos colocamos a su altura para empeñarnos en ganar, aunque s

Un refugio en la Sierra

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Los hijos de Felipe Calvo, a través del “Diario Día” me hacen llegar un libro editado por la Diputación de Palencia, en homenaje póstumo a ese gran humanista y Académico palentino que fue su padre. En uno de los artículos, “El mejor establo del mundo”, el profesor hace referencia al refugio que en 1974 se comenzó a construir en la Sierra de Brañosera. “En aquel paraje impresionante –cita en un artículo remitido a este diario– al que se llega por una carretera labrada en la roca, una roca de varios kilómetros que ofrece a ambos lados hermosos brezos y sabrosos arándanos, en aquél paraje —digo— alguien, no sé quién, trató de hacer un refugio de montaña para hombres, cuando, por lo visto, lo que allí se necesitaba era un redil y una cabaña”. El 15 de febrero de 1998, hace sólo unos días, Ángel Casas Carnicero nos cita en el artículo “Recuerdos de Brañosera”, publicado en el Norte de Castilla: “Froilán de Lózar escribe que ahí se gastaron mil millones y que no hubo transparencia. Es

Hemeroteca 1996-1997

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Hemeroteca: 1996-1997 Cartas a los diarios Información de periódicos y revistas nacionales y extranjeros Seguimiento semanal de la noticia Impresiones Una complicada red de sendas A mí lo de la senda o el camino del oso no deja de producirme hastío. Es una sensación como de película visionada mil veces. Los panfletos llenan los mostradores de las casas rurales y la prensa nos lo repite una vez tras otra  en los reportajes del domingo.  Llevamos camino de convertir la montaña en una multicolor y complicada red de sendas. Casi todas nos llevan hacia el olvido o hacia el oso. Al sueño más bien de ver al oso.  Los encargados del turismo, o a quienes les luce el pelo con las subvenciones de los distintos gobiernos, se afanan en promocionar los caminos que conducen al dichoso animal.  Nadie se acuerda de los caminos que  nos llevan al hombre. Vayas donde vayas, hacia Pineda o Cueva Cobre, o hacia el maravilloso mirador de las Tuerces, te encuentras caminos de grava y lodo,